martes, 2 de noviembre de 2010

Rescátame - Capitulo 3


Tercer capitulo, espero esta noche subir capitulo nuevo de algun fic, comenten!!

Summary: Vivo un infierno y ruego porque algún día llegue un ángel a rescatarme, pero se que es imposible, así que es mejor escapar a mi lugar. ADVERTENCIA, contiene material para mayores de edad.

Capitulo 3


- ¿Señora… esta bien?

Su dulce voz caló a fondo en mi, era como el cantar de los ángeles, o quizás es que estoy tan acostumbrada a los gritos que cualquier palabra que no sea un insulto es para mi el mas dulce sonido.

- ¿Quiere algo señora Isabella?... un té quizás

- No – parpadee repetidas veces, trate que no se notara mi nerviosismo pero tal parece ser que no lo logre

- ¿Llamo a Esme?

- No… tranquilo – trate de sonreír – es que… frío – me abrase a mi misma para darle mas realismo a mis torpes palabras

- Disculpe mi intromisión señora – lo vi mientras él bajaba la mirada – no quise ser descortés… yo no sabia que usted…

- No hay problemas – sonreí mirando al horizonte y pensando mi solitaria y patética vida – es bueno poder hablar con alguien – susurre lo ultimo

- ¿Perdón? ¿Cómo dijo?


Abrí muy grande los ojos al darme cuanta que no había hablado tan bajo, quería quedarme hablando con él, quería conocerlo pero no podía ser.

- Será mejor que entre – apreté por ultima vez el libro contra mi pecho antes de alzarlo frente a su dueño – muchas gracias

- No hay de que – Edward miro al libro y después a mi esbozando una gran sonrisa que fue capaz de dejarme sin aire – es suyo – y si pensé que era hermoso, estaba equivocada, su sonrisa si que lo hacia el ser mas hermoso que había visto

- ¡No! – negué fervientemente – no podría – mi propio marido jamás me había regalado nada y ahora este desconocido estaba poniendo ante mi una verdadera reliquia

- Cualquier que es capaz de recitar los versos de Julieta con esa pasión merecer tener este libro – lo tomo de mis manos y lo abrió hasta la ultima pagina – “yo se que lo disfrutaras… eres la persona mas apasionada que he tenido la suerte de conocer… y se que sabrás pasarlo cuando llegue la hora… cuando eso ocurra te acordaras de mi y me lo agradecerás a la distancia”

Cerró el libro con un nuevo brillo es sus dos gemas, se notaba que la persona que le regalo el libro era alguien muy especial par él… quizás su novia.

- Muy lindas palabras… ¿De tu novia? – me golpee mentalmente por ser tan torpe al preguntar – lo siento – baje la mirada avergonzada – yo…

- Tranquila – con un solo dedo subió mi mira que impacto directamente con la suya – fue mi abuela… ella siempre dijo que el libro me haría llegara a un lugar especial – cambio un poco el gesto de su rostro – creo que usted lo necesita mas que yo… es suyo ahora

- Yo – me lo tendió y no dude en tomarlo, aunque no lo encontré correcto de verdad lo quería mucho, tanto que no pude negarme

- Quizás no esta acostumbrada a regalos usados y menos de un empleado – quise negarlo pero la verdad que yo no estaba acostumbrada a ningún regalo

- Es el mejor regalo que me han hecho nunca – lo mire y se que algo vio porque frunció el ceño

- Seguramente no se compara con los regalos que da su marido – note el cambio del tono de su voz

- Yo… - me mordí la lengua por no soltar algo de lo que me podía arrepentir

- Tranquila… disfrútelo mucho – lo vi con intención de alejarse

- Espere…. Señor Cullen

- Edward – me volvió a sonreír con la misma calidez – muchas gracias de verdad… usted no sabe lo que significa para mi

- Parece gustarle mucho – señalo el libro ¬– ¿Es su libro favorito?

- Uno de ellos – sonreí al recordar que siempre me decían rara por esto

- ¿Uno de ellos? – sonrió pero no vi la burla a la que estaba acostumbrada

- Es que hay tantos libros buenos – me recargue en la baranda – que seria un pecado elegir solo uno como favorito… por ejemplo – me comencé a explayar – una canción… cada canción tiene un significado distinto… un recuerdo… una vivencia… un momento para no olvidar… y hay que agradecer que tenemos memoria para ellos, pero aun así la memoria es frágil, son nuestros gustos los que nos ayudan a no olvidas… a mantener presente lo que alguna vez fuimos

Baje la mirada al recordar que a mi lo único que me quedaba eran los recuerdos del pasado, era a lo que me aferraba, ya que mi presente era un infierno.

- Es hermoso – alce la vista para verlo viéndome fijamente

- Yo… se que soy rara – reí sin humor

- Para nada… la verdad – y por primera vez vi como pasaba la mano por sus cabellos y acompañaba el gesto de una sonrisa, pareciera ser que era algo común en él – es que yo pienso igual – se recargo a mi lado – siempre me dicen que soy raro… pero descubrí algo – me susurró de cerca

Mi corazón se disparo al sentir su efluvio inundándome pero trate de mantener la compostura y no darle una mala impresión.

- Dime – hable por inercia

- No somos raros – dijo orgulloso – somos distintos, tenemos una forma de ver al mundo que los demás no entienden… es difícil que nos entiendan… pero no debemos dejarnos, no debemos cambiar o si no solo seremos unos monigotes mas de la sociedad, por eso es que debemos juntarnos entre nosotros – me pego suavemente en el hombro llamando mi atención

- Gracias – le sonreí – hace mucho que no hablaba tan bien con alguien

- De nada – pensé que iba a decir algo más pero parece que prefirió quedarse callado

- Me gusto hablar contigo

- Podríamos juntarnos mañana de nuevo – se apresuro a responder

- Yo… - me mordí el labio por los nervios, quería hablar con él nuevamente pero no sabia si seria correcto – Emmett…

- Podemos vernos acá – donde estábamos era un lugar muy alejado donde casi nunca iba nadie, lo grandes arbustos tapaban buena parte de la vista

- Me encantaría – me apresure a responder antes de arrepentirme o que él se arrepintiera

- Señora…

- Bella…

- ¿Qué? – frunció el ceño

- Bella… mis amigos me dicen Bella… mi abuela… la madre de mi padre se llamaba Isabella y nunca me han llamado así… así que… - mee encogí de hombros

- Bella… de verdad que es muy apropiado

Hace mucho tiempo que el rubor no invadía mis mejillas por algo mas que miedo o rabia contenida, extrañaba mucho mis rubores por nervios.

- Te pusiste colorada – señalo

- Si… yo suelo hacerlo

- Te queda muy bien

- Gracias… bueno… ya me voy – me gire dándole la espalda

- Buenas noches

- Edward – me voltee para verlo – gracias – señale el libro, él me regalo una sonrisa y me marche

Esa noche dormí mejor que nunca, estaba feliz con mi regalo, con tener alguien mas con quien hablar y sobre todo porque no Emmett no estaba, porque por primera vez desde que me case es que veo una luz al final del camino.

La mañana llego más rápido de lo que quise, pero no quedaba otra que comenzar un nuevo día, así que con mucho más animo que de costumbre me levante.

- Buenos días mi niña – me saludo Esme en cuanto llegue a la cocina – se te ve mas animada

- Si – le devolví la sonrisa

- Me alegro – comenzó a servirme el desayuno pero de de pronto note algo raro en ella

- ¿Qué pasa Esme?

- Nada mi niña… disfruta del día – me sonrió y beso con cariño mi mejilla

No quería amargarme por hoy, así que tome mi nuevo libro y me senté en la reposera de mi habitación a leer un buen rato, repase los versos que mas me gustaban y cuando llegue al final abrí la pagina que había leído Edward la noche anterior, pase mis dedos por las pulcras letras y desee que me trajeara a mi lo mismo que dijo Edward que lee había traído, lo que su abuela quiso plasmar con sus palabras.

El crepúsculo llegó mas pronto de lo que esperaba, un muy buen día estaba llegando a su fin pero lo que mas ansiaba era que cayera la noche para poder encontrarme con mi nuevo amigo, pareciera ser que este era el inicio de una muy buena amistad.

Baje nuevamente al comedor para la cena pero en cuanto pise el suelo me quede plasmada, mi esposo estaba ahí viéndome con una amenazadora sonrisa, esa sonrisa que tan bien conocía y que tanto odiaba.

Era claro que no vería a Edward, pero más que eso, algo me decía que lo que me esperaba no era para nada bueno.

- Por fin apareces – se soltó la cortaba y la dejo caer en el sofá

- Yo… estaba leyendo

- ¿Para que mierda lees?... ERES TONTA – bufo molesto – entiéndelo

- Yo…

- Yo yo yo – se burlo - ¿Sabes decir otra cosa? – se me acerco y retrocedí por instinto

- Tu padre me hablo hoy – tirite del miedo, sabia lo que se venia, nunca cuando hablaba con mi padre era algo bueno

- ¿Cómo están? – mi voz salio con un verdadero castañeo

- ¿Cómo crees? – tomo con brusquedad mi cabello y tiro de el, un chillido salio del fondo de mi garganta – a la estúpida de su hija se le olvido llamarlos ayer

Una sonora cachetada retumbo en la solitaria sala.

- ¿QUE MIERDA ESTABAS HACIENDO?

Todos los martes en la noche llamaba a mis padres para que supieran que estaba bien y cada cierto tiempo íbamos con mi esposo a verlos, pero ayer se me olvido, la charla con Edward borró eso de mi mente.

- Me quede dormida temprano – me apresure a contestar

- Lo único que hacer es dormir – tiro nuevamente de mi cabello

- Lo siento – solloce, las lagrimas ya caían a mares por mis ojos – los llamare ahora

- ¡NO ESTUPIDA! – me soltó – por tu culpa mañana tendremos que ir a cenar con ellos

- Yo… lo siento

- Más lo siento yo… ¡TENIA UNA CITA PARA FOLLAR MAÑANA!

- Emmett yo…

- ¿PUEDES HILAR UNA PUTA PALABRA?

Esta vez la cachetada fue mil veces mas fuerte, tanto que me hizo perder el equilibrio y caer de bruces al suelo, el último escalón de la escalera golpeó mi cabeza que llego a rebotar.

- Perdón por interrumpir

Mi corazón se detuvo al escuchar esa voz.

- ¿QUIEN MIERDA ERES TU?

- Edward… el jardinero

______________

Besos, Joha!

1 comentario:

  1. OMG!!! edward vio a emmett golpear a bella que hara el, hay dios no puedo esperar para saber que sigue y que hara bella, creo se morira de la verguenza....

    hay no pero por que no se escapa bella y huye hasta el mismisimo fin del infierno....

    bueno que estes bien joha...

    besossssss

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