domingo, 27 de febrero de 2011

Rescatame - Capitulo 16


Hola!!!. Nuevo capitulo aca y FF. En la noche subo Sexcall. Besos!!

Summary: Vivo un infierno y ruego porque algún día llegue un ángel a rescatarme, pero se que es imposible, así que es mejor escapar a mi lugar. ADVERTENCIA, contiene material para mayores de edad.

Capitulo 16


Llegue con una enorme sonrisa que nada ni nadie podría borrar, a penas cruce el umbral de la que pronto dejaría de ser mi casa me encontré con una fríos y terroríficos ojos azules.

Rosalie estaba de pie frente a la puerta con un traje que dejaba mucho que desear, la falda era tan corta que podía ver sin mucho esfuerzo el inicio de lo parte trasera y el escote era tan profundo que sus operados senos casi me saltaban en la cara.

- Rosalie – bufe mientras me cruzaba de brazos – seguramente Emmett te saco de alguno de esos “puticlub” a los que va pero que ahí te pagaran por mostrar tu cuerpo no quiere decir que en todos lados sea igual

- No tienes derecho a hablarme así – su ira era palpable para cualquiera

- ¿No tengo derecho? – no aguante mas y me comencé a reír – querida – pase por su lado y me senté en un sofá que estaba cerca – ya te dije que me importa una mierda que le hagas de puta con mi marido, pero si alguien llega a verte en esas fachas – la mire de arriba abajo con gesto de asco – será Emmett el que se deshaga de ti, ya quiero ver la cara de alguno de sus socios al verte – comencé a reír

- ¡Eres una perra frígida! – chillo tan fuerte que tuve que taparme los odios

Seguramente debía sentirme ofendida por eso y en otro momento de mi vida hubiera corrido a mi cuarto a encerrarme y llorar por la mierda de mi vida que estaba viviendo, pero ahora sabía muy bien que no era así, Edward me complacía muy bien y yo a él también, era algo mutuo.

Las veces que Emmett me llamo “perra frígida”, en cierto punto comencé a creerle, por mucho tiempo pensé que era yo la culpable de que la relación no funcionara y que él se hubiera visto obligado a buscar consuelo, más bien sexo, fuera de casa.

Volví a mirarla por completo, la escanee lentamente y me levante con más lentitud aun, sabía que sus palabras no eran ciertas pero ya nunca más dejaría que alguien me humillara así, iba a hacerme respetar.

Mientras di un paso hacia donde estaba ella se alejo otro, su rostro cambio considerablemente a uno con una mezcla de altanería y temor, de un solo movimiento levante mi mano y la deje caer como fuerza sobre su mejilla derecha, el golpe sonó fuerte y con eco, todo estaba callado así que el sonido se oyó a la perfección.

No me quede conforme y mientras su rostro estaba volteado hacia un lado la tome del mentón y la obligue a que me mirara.

- Nunca más me vas a ofender de esa forma – hable suave y con calma – recuerda tu lugar y el mío en esta casa

- Algún día...

- ¿Algún día que? – su mano sostenía su mejilla

Vi sus ganas de hablar pero parece que hacia un enorme esfuerzo por morderse la lengua, sabía muy bien que Emmett le había dicho como las cosas habían cambiado.

Me gire y encamine hacia la cocina, eso era algo que también me tenía algo preocupada, Emmett no estaba pero su puta sí, eso me indica que debía estar haciendo algo relacionado con las empresas y por su bien espero que sea dejando todo en orden y desapareciendo esas empresas fantasmas porque no me temblaría el pulso para mandarlo a la cárcel si así lo ameritaba la situación.

Respire hondo un par de veces antes de entrar a la cocina, no me costó mucho borrar mi mal humor en cuenta recordé ese hermoso departamento que acaba de adquirir.

- ¡Hola!

- Hija – Esme con un paño en las manos se acerco a mi - ¿Dónde estabas?

Me miro por todos lados como buscando signo de algo malo, seguramente pensó lo peor y buscaba algún nuevo golpe, eso ya no pasaría más.

- Estaba por ahí – me encogí de hombros sin quitar mi sonrisa

- Hay alguien que estaba muy preocupado – alzo ambas cejas y se giro para volver a lo que estaba haciendo

- Creo que se dé quien estás hablando – me senté cerca de ella - ¿Dónde está? – comencé a mirar por el lugar como buscándolo pero no encontré ni señas de él

- En el jardín, las plantas necesitaban un poco de amor

Me guiño un ojo y se enfrasco en sus tareas.

Como supuse que no me hablaría más me levante y dirigí al patio, necesitaba mucho ver a Edward.

Camine por entre las hermosas flores, antes de que llegara Edward yo solía ocuparme de ellas pero aun así, a pesar de que ponía todo mi esfuerzo, nunca florecieron tan sanas y lindas como ahora, se notaba el amor que Edward ponía en su cuidado.

Recorrí el lugar con la mirada peor aun así no lo vi, camine hacia la parte trasera y pensé que había muerto.

Sin camisa, con unos jean bajos que dejaban entrever el elástico de sus bóxer, su pecho marcado y sudado me invitaba a recorrerlo no solo con mis ojos sino también con mis manos.

Ver a Edward así me llamaba a pecar, a perderme entre su cuerpo, a que sus brazos me rodearan y me hiciera el amor ahí mismo.

Estaba concentrado regando, no quise interrumpirlo porque se veía feliz echándole agua a sus queridas plantas.

De pronto tomo la manguera y tiro agua al cielo haciendo que callera en forma de lluvia sobre su tan bien formado cuerpo, cuando vio que estaba lo suficientemente mojado movió la cabeza haciendo que las gotas de agua que tenía en su sexy cabello volaran por todos lados.

Tenía la boca abierta y podría jurar que se me estaba cayendo la baba, peor esta era la típica imagen del canal “Playgirl” no es que alguna vez lo haya visto pero me lo podía imaginar bien.

Aunque tuviera la certeza de que si me acercaba me iba a rechazar, cosa que sabía muy bien que no era así, igual lo hubiera hecho, porque la escena que estaba desarrollándose frente a mis ojos ameritaba hacer algo y cualquier mujer con sangre caliente en el cuerpo haría algo por meterse en esos mojados y ajustados jean.

- Ey guapo – estaba de espalda así que pase mis dedos por su columna vertebral

- ¡Bella!

Y si, sumemos a ese hermoso cuerpo una hermosa y sexy sonrisa.

Me conformaría con sexo salvaje solo una vez, pero saber que este hombre era solo mío, que yo lo amaba y él a mi era el puto cielo.

- Eres malditamente sexy – no pude levantar mí vista a su rostro porque sus abdominales no me dejaban

- Ey señorita – tomo mis manos cuando estaban en el borde de sus pantalones – no debería estar por acá

- Pero es que lo que tengo frente a mi me hace perder la razón – lo mire a los ojos y sus verdes ahora estaban color musgo

La lujuria por parte de ambos no era algo que ninguno quisiera esconder.

- ¿Me llevarías a tu cuarto? – moví mis cejas y ambos sonreímos

Me tomo con un saco de papas y me puso en su hombros, luego de darme una juguetona palmadita en mi trasero se encamino hacia su cuarto, menos mal que estaba cerca porque dudaba que la laguna que estaba formando en mi entrepierna aguantara mucho mas.

De una patada abrió y cerró la puerta de su cuarto, me dejo caer sobre la cama y no alcance a reaccionar cuando ya lo tenía sobre mí besando de una manera voraz mis labios.

Enrede mis brazos en su cuello y apegue aun mas nuestros cuerpos, con un solo beso todo el calor y fogosidad que teníamos guardada se hicieron presente y protagonista en nuestra entrega.

Hoy había pasión pura pero sus movimientos nunca dejaron de ser suaves y cariñosos, el me hacía el amor pero teníamos sexo, una exquisita y perfecta mezcla que seguramente no todos tenían la suerte de tener.

- Mucha ropa

Murmuro Edward a la vez que con movimientos algo descoordinados me comenzaron a desvestir, en pocos segundos estuve desnuda y con las piernas abiertas lista para recibirlo.

- Pantalón… fuera – lo aleje de mí y me puse de rodillas para dejarlo desnudo por completo

Su polla estaba dura y muy erecta, cuando la libera salto sobre mi rostro pidiendo atención así que no me pude contener de darle una langa lamida, bendito seas Edward por enseñarme el placer de dar placer con mi boca, jamás pensé que tener un pene en la boca podía ser tan placentero para mí.

- Ahora no

Me tomo por los codos y me acomodo sobre él dejando que nuestros sexos se tocaron, pensé que habría un poco mas de previa pero Edward no lo quiso así que me dejo caer de golpe sobre su lista masculinidad, no demore en tomar mi propio ritmo y cabalgarlo como si mi vida dependiera de ello.

Lleve mis manos a mis cabellos y los tome para que no me molestara, pero pronto las baje y comencé a recorrer su fornido pecho, él hizo lo propio y llevo las suyas a mis pezones que estaban esperando por su atención.

Nuestros orgasmos no tardaron en llegar, placer puro y exquisito.

- No quiero que verte mas así… eres un maldito “moja bragas”

- Bien – rio jocosamente – dejare que ese placer solo lo tengas tu

Nos abrazamos por unos momentos sin hablar ni movernos, solo quietos y sintiendo nuestros corazones.

- Hay algo raro aquí – frunció el ceño mirando por todos lados

- ¿Qué pasa? – lo mire preocupada

- Nada – me sonrió moviendo la cabeza – seguramente son ideas mías, ¿Por qué no te quedas a dormir hoy?

- No puedo – le hice un mohín

Maldito Emmett, tenía que averiguar dónde estaba.

- Entiendo – vi su decepción aunque trato de ocultarla

- Pero mañana quiero darte una sorpresa – recordé el departamento – y no quiero replicas sobre ello

- ¿Qué hiciste? – aunque trataba de estar serio sabia que él nunca se enojaría ni me trataría mal

- Algo por nosotros – era mejor darle una idea

- Espero que no sea nada de lo que hablamos

- Nada

Le di un beso y me levante rápido, se que se había dado cuenta de algo pero no quería pelear ahora.

Nos besamos un poco más y aunque me costó un poco logre que nos separáramos y salí de ahí no sin antes darnos un cándido beso.

Cerré la puerta de su cuarto aun con una enorme sonrisa en mi rostro.

- ¿Así que tirándose al jardinero… señora?

Levante la vista y frente a mi estaba la maldita Rosalie con una enorme sonrisa en sus labios.

- ¿Qué…? – no pude hablar más porque sentí como me tapaban la boca y comenzaban a arrastrarme por el pasillo

No vi quien era pero lo supuse, me arrojaron al cuarto que le había asignado a Rosalie y tuve que afirmarme de un mueble para no caerme.

- Parece que la señora le es infiel a su querido marido

- Emmett – retrocedí cuando lo vi acercarse a mí con esa maldita mirada en el rostro

- ¿Querías cagarme la vida? – sonrió – pues deberías haber escogido otro lugar para guardar algo tan importante – frente a mi batió la carpeta con todas las pruebas – el cuarto de tu amante no fue el lugar mas inteligente

Cerré los ojos con fuerza y vi como todo estaba perdido, sin eso no tenía nada.

- Ahora vamos a aclara algunas cosas

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Besos, Joha!!



2 comentarios:

  1. Que???!! NO!!! Ahg que ira!!!! y ahora que???... bueno, solo queda esperar...

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  2. hay dios mio pobre bella la va a matar ese desgraciado... ya voy a leer el siguiente no aguanto la curiosidad

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