Mirame Otra Vez - Capitulo 49

Hola. Capitulo!!! Les avisó que pasó un año y algunas cosas cambiaron, No me maten plis!!!!. Besos!!!

Summary: ¿Edward quería una zorra?. Una zorra le iba a dar. Todos van a van a saber quien es Isabella Swan. Van a tener que mirarme otra vez a partir de mañana. ADVERTENCIA, contiene material para mayores de edad.

Capitulo 49

- ¿Entonces de verdad voy a poder invitar a todos mis compañeros?

- Si Cathy – murmuré tratando de estacionar el auto en el estrecho espacio que había en la acera. Cuando pude hacerlo me giré hacia mi hija que me miraba expectante – puedes invitar a quien quieras – la vi ensanchar su sonrisa así que me apresuré a detenerla – pero – alcé mi dedo índice logrando que borrara su sonrisa – quiero que lo hagas a conciencia porque tu vas a tener que atender a tus amigos, no quiero que dejes a nadie solo

- Ohhhh, bien entonces

Por supuesto que mi hija de cinco años, pronto seis pensaba que era solo llegar y llenar la casa con sus amigos para su cumpleaños pero no era tan así, ya estaba grande y tenía que aprender a ser responsable también aunque la verdad es que casi no tenia quejas de mi hija ya que era toda una señorita.

- Es que les conté de mi papi y no todos me creen así que les dije que el sábado lo iban a conocer, además también les conté de Edward y tampoco me creen que tengo dos papas

- Tú decides hija – me encogí de hombros

- Bien, creo que ahí veré – suspiró derrotada

- Se que harás los correcto Cathy – le acaricie los cabellos – ahora… ¿Llevas las invitaciones? – me alzó el sobre y me sonrió – bien – entonces vete antes de que llegues tarde… te amo

- Te quiero mami – dejó un besó en mi mejilla y se bajó corriendo para encontrarse con dos niñas que solo ubicaba de vista, ya me daría el tiempo el sábado de conocerlas bien

Cuando vi que Cathy entró al colegio pude recién volver a poner el coche en marcha. Iba con buen tiempo para el trabajo así que conduje a una velocidad prudente mientras dejaba que mi cabeza se concentrara en la música que salía de la radio y en el último año de mi vida.

Había pasado poco más de un año desde que Edward se mudó con nosotras y aunque al principio no fue todo muy fácil por los rumores y las incomodidades normales que tienen todas las parejas cuando comienzan a convivir a diario, luego de mi pelea con la tal Cindy muchas cosas se apaciguaron permitiéndonos ser una pareja mucho más normal, aunque a eso también debemos añadirle el hecho de que Emmett por fin encontró al amor de su vida, sí, yo sabía que sus sentimientos por mi nunca iban a cambiar del todo pero me hacía muy feliz verlo feliz, aunque si debo reconocer que jamás me imaginé un final así para mi amigo, alguna vez amante, profesor, padre de mi hija, ¡Dios! Emm es tantas cosas que me costaba definirlo solo en una, en fin.

A todos nos sorprendió eso si cuando nos anuncio que había encontrado su vocación en el servicio al señor, al principio pensamos que era una de sus acostumbradas bromas pero no nos tomó mucho darnos cuenta que era verdad, iba a ser cura y era ya una decisión tomada, así que solo nos quedó ser feliz por él y apoyarlo en todo, lo amaba igual y eso de ninguna forma iba a cambiar solo por el hecho de que se hubiera decido a usar una sotana.

Fue todo demasiado rápido, un día dijo que entraría al seminario y por ser profesor ya estaba graduado así que no sé como lo hizo, pero en unos meses ya era sacerdote y profesor del colegio religioso de Forks.

En cuanto a mi relación con Edward las cosas estaban demasiado bien, tan bien que mi parte masoquista estaba un poco preocupada, al principio pensé que no podríamos vivir juntos pero después de nuestra primera pelea fuerte supe que si lo conseguiríamos, ni si quiera recuerdo bien porque fue solo sé que esa noche Edward tuvo que dormir en el sofá y que no nos hablamos por todo el día siguiente, mis dimos miradas de rencor y no nos despedimos cuando salimos al trabajo pero sí recuerdo que esa noche cuando llegue a casa luego de haber pasado a comprar una rica cena para disculparme él ya estaba en casa y con una cera servida también, reímos e hicimos el amor toda la noche ya que mi a Cathy le tocaba estar con su padre. Esa noche abrazada a su pecho entendí que las cosas no podían estar, éramos una pareja como cualquier otra y ahora, más de un año después de vivir juntos lo entendía mejor que antes.

En este año también había ascendido en el trabajo ya que Alaric por petición, mas bien, obligación de su esposa, tuvo que comenzar a delegar muchas más obligaciones y por eso terminé siendo su socia, al principio pensé que mi carga de trabajo aumentaría mucho pero al contrario ya que nuestros clientes comenzaron a crecer y por eso también ampliamos nuestro personal, ahora el bufet estaba en su mejor momento y tanto Alaric como yo teníamos más tiempo que antes. Todo lo anterior si se lo tengo que agradecer a Eve ya que después de que ganamos su caso dejando seco al viejo de su ex esposo nuestra reputación se fue a las nubes haciendo que gente hasta de Port Ángeles o Seattle viajara a Forks solo para contratar nuestros servicios.

El día en la oficina se me pasó revisando nuevos caso que comencé a delegar a nuestros otros abogados y algunos mas simples a nuestros alumnos en práctica ya que también estábamos aceptando que hicieran sus prácticas laborales con nosotros, eso nos había permitido abaratar algunos sueldos y formar a algunos abogados que queríamos con nosotros.

La hora del almuerzo se me pasó de largo ya que mañana me iría antes para alcanzar a comprar las cosas que faltaba para el cumpleaños de Cathy que sería el sábado. Cuando me di cuenta ya eran las 5 de la tarde y a las 6 había quedado en juntarme con Bree así que apagué el computador y me puse en camino hacia el café donde habíamos quedado, de a poco y gracias a mi nueva condición de trabajo también había podido retomar mi relación con mi amiga que tenía algo olvida, también habíamos hecho costumbre que toda la familia se juntara a almorzar los domingo, íbamos rotando de casas pero fuera como fuera nos veíamos ya que de esta forma nos manteníamos en contacto porque era ridículo que viviendo todos en un pueblo tan pequeño pasaran semanas sin vernos, ahora de esta forma todo iba mucho mejor entre nosotros.

Estacioné afuera de Starbucks y miré por la ventana que Bree ya me estaba esperando, desde donde estaba noté demasiado bien su nerviosismo así que apresuré el pasó para llegar a su lado.

- ¿Estás bien? – ni siquiera la salude peor necesita primero saber que estaba bien

-Si – me dio una sonrisa torcida y con su mano me indico que me sentara – es solo que estoy algo nerviosa pero bien

Quería un café así que cuando vi que ella estaba bien dejé mi cartera y me pare por mi Mocha Blanco. No demoré mucho porque estaba casi vacío el lugar como nunca, así que con mi café y un Muffin en las manos volví a sentarme junto a mi amiga para ponerle toda mi atención.

- Bien… hola – bromeé

- Hola Bella – tomó con sus manos el vaso de café y me dio un ligero apretón, quise volver a preguntarle cómo estaba pero decidí mejor darle tiempo para hablar – bueno, creo que ya te diste cuenta que hay algo que quiero hablar contigo pero ¿sabes? – me miró alzando la vista – creo que mejor me cuenta como esta Cathy… ¿Ya tienes todo para el sábado?

- No… mañana tengo que ir a comprar las ultimas cosas – la miré con los ojos entrecerrados – ahora dime que es lo que te pasa

- Es que no tiene importancia – su voz salió tan chillona denotando su nerviosismo

- Dímelo – la miré a los ojos y puse mi mayor determinación en los míos para tratar de obligarla – se que algo te pasa y te exijo que me lo digas

- No es nada – rodé los ojos y tomé un sorbo de mi café

- Bree – suspiré dejando el vaso en la mesa – algo te pasa y sé que quieres hablarlo conmigo… mira – suspiré tirando de mis cabellos hacia atrás para que no me molestara en el rostro – se que no he sido la mejor amiga con todo lo que me ha pasado y no tengo excusa con eso… pero por favor – la miré con mis mejor ojitos de perrito necesitado de cariño – déjame ayudarte con esto

- Bien – suspiro rodándome los ojos – lo que pasa es que como que me gusta alguien – la única vez que he visto a Bree tan “nerviosa” diciéndome que le gusta alguien fue cuando me confesó que le gustaba yo pero ahora estaba segura que no era eso así que solo me quedó poner los codos en la mesa y escucharla – lo que pasa es que nos besamos pero ella como que no es entera lesbiana y…

- Espera – la detuve - ¿Cómo se es media lesbiana?

- Ya sabes – se encogió de hombros – es cuando solo has caído una vez, o sea cuando no has estado completamente en una relación

- O sea que ese beso que nos dimos hace tiempo… ¿Me hace media lesbiana? – no sé porque pero sonreí esperando su respuesta ya que esa era casi mi única locura de juventud que tenia para contarle a mis nietos

- ¡Bella! – chilló haciendo que borrara mi sonrisa y volviera a poner mi atención en ella dándole una señal de perdón – estoy tratando de decirte algo importante… sigo – suspiro y se reacomodó en su silla – bien… esto… a quien bese y quien me gusta – me miró y supongo que notó mi expectación porque soltó todo el aire de sus pulmones – Haley

- Ohhhh

Me quedé con la boca abierta en una perfecta “o” sin saber que decir o hacer, es que no se, es Haley, sé que no es mi mejor amiga pero la quiero bastante, tanto que hace un año pensé que podía tener algo con Emmett y la idea me pareció perfecta, ahora esta noticia con Bree era algo que aunque me sorprendía como la mierda me gustaba, las dos habían pasado por mucho y se merecían a alguien como la otra.

- ¿Te gusta?

- La amo – contesto segura – la amo desde hace mucho

- Pero me dijiste recién que te gustaba mucho – para mí por lo menos la diferencia entre gustar mucho y amar era abismal

- Si… es que – se tomó sus cabellos en sus manos en un gesto demasiado parecido a los de Edward, se notaban que eran familia – no sé, al principio pensé que era algo totalmente platónico pero ahora que te lo cuento me doy cuenta que puede que no sea así ¿no? – me miró con suplica - ¡Mierda! – chilló llamando la atención de más de alguien a nuestro alrededor – creo que me estoy imaginando cosas donde no las hay

- Bree, no sé qué siente Haley por ti – no tenia caso decirle puras mentira para que mañana le destrozaran el corazón – pero si se cómo eres tú y si ella te besó es por algo, te juro que yo te hubiera amado como pareja si no hubiera amado mucho mas a Edward, Bree – tomé sus manos por sobre la mesa – eres una mujer maravillosa que se merece una mujer tan buena como Haley así que no puedes hacer nada más que hablar con ella y preguntarle que siente ella por ti

- ¿Y si no me quiere? – sus ojitos están brillosos y supe que se estaba conteniendo para no llorar

- Si no te quiere es ella quien pierde

- ¿Sabes que esa frase esta mas que trillada no?

- Si – asentí sonriendo

Ambas reímos y comimos de mi Muffin hasta que de la nada comencé a reírme como loca.

- ¿Qué es tan gracioso?

- Es que en un momento pensé que Haley sería la pareja perfeta para Emm, pero él se volvió cura y ella lesbiana… creo que no sirvo de Cupido

- Ella aun no es lesbiana

- Pero es media lesbiana – le guiñe un ojo – ahora solo falta convertir la otra mitad

Mucho más relajadas seguimos hablando por una hora más, hoy Edward iba a buscar a Cathy al colegio ya que por más que Emmett le insistió en que se inscribiera en el colegio donde él hacia clases ella no quiso porque no le gustaban los uniformes ni que el hicieran ir a misa todas las mañanas. Si, era raro ver a Emm como sacerdote pero hasta Cathy lo había entendido y aceptado, dijo que ahora hasta tenia de tercer papá a Dios porque Emmett se había casado con él, nos costó al principio explicárselo bien pero aunque aun no entiende mucho hace un esfuerzo por hacerlo.

Cuando llegué a casa noté un exquisito olor a comida recién hecha, así que no dude en dejar todo tirado en el sofá de la sala y adentrarme a la cocina, Cathy estaba con su mini delantal lavando algo y Edward estaba revolviendo una olla.

- Hola

- Mami – mi hija dejó todo y corrió a tirarse a mis brazos – mi papi me llamó y dijo que se venía mañana

- Oh, qué bien

Emm estaba viviendo en el colegio donde trabajaba ahora porque era algo así como un colegio de curas y solo salía los fin de semanas donde los pasaba acá, al principio había mantenido su departamento pero era una verdadera ridiculez porque a veces se iba donde sus padres con Cathy otros se venia acá y estaba pagando una renta para nada, no le faltaba donde quedarse así que dejó el departamento y nosotros le habilitamos un dormitorio en la casa. Al principio pensé que sería incomodo para Edward peor al contrario, seguían siendo más amigos que antes y generalmente la que salía sobrando era yo, además de esta forma Cathy pasado mucho más tiempo con su papá.

- Si – se me acercó Edward para besar mis labios – se viene mañana temprano para ayudarnos

- Me parece – tomé en brazos a mi hija pero tuve que dejarla en el suelo demasiado rápido cuando noté el enorme esfuerzo que me suponía – estas grande hija

- El sábado cumplo 6 – mostró sus deditos de ambas manos sonriendo, estaba feliz cuando sus años ya le ocupaban ambas manitos

- Estas enorme – le revolví el pelo y ella se quejó

- Mamá – se me escapó riendo y dejándome sola con Edward

- ¿Qué dijo Emm?

- Que el señor le dejó salir antes para poder compartir con su retoño

Ambos entornamos los ojos ya que el sentido de humor de Emmett seguía siendo el mismo de antes, bueno, Emm seguía siendo el mismo de antes, solo que ahora no ligaba y usaba su sotana.

Yo ayude a Edward a terminar la comida mientras que Cathy se perdió en la sala mirando sus dibujos animados, cuando la mesa estuvo puesta nos sentamos a comer en silencio los primeros minutos antes de que mi hija lo rompiera con sus pregunta porque ya había llegado a la temida edad del por qué.

- ¿Por qué el arroz antes estaba duro y ahora esta blando?

- ¿Te acuerdas que lo puse en un olla y le puse agua? – pregunto Edward con calma, él tenía mucha más paciencia que yo para esto porque siempre me dejaba media flipada

- Si

- Bien, eso fue para que se pusiera blanda, se coció

- Oh… bien ¿Y porque la bebida tiene gas?

- Cathy – llamé su atención - ¿Sientes las burbujas cuando la tomas? – ella asintió rápidamente – bien, para eso es el gas

- Oh… bien – volvió a repetir lo mismo indicando que seguían mas preguntar - ¿saben?, ya sé que quiero para mi cumpleaños

Mi sonrisa se ensanchó hasta las nubes y la de Edward también ya que por más que le habíamos preguntado a mi hija que es lo que quería ella seguía sin estar segura así que ahora por fin se había decido para que mañana pudiera ir a buscar su regalo.

- ¿Y que es cariño? – habló Edward

- Bueno son dos cosas, una es para papi Edward y la otra para mi mamá – con Edward nos miramos y nos encogimos de hombros esperando por sus peticiones

- Entonces dinos lo que es hija

- Bien – suspiró poniendo sus manitos en la mesa – primero papi Edward – ambos se miraron y yo los miré a ellos – quiero que nunca nos dejes solas

- Yo nunca voy a dejarlas solas – declaró rápidamente

- Pero es que mi amiga Lucia dijo que tú no estabas casado con mi mami y que por eso podías irte cuando quisieras

De verdad que esperaba que la madre de la tal Lucia no tuviera nada que ver porque no tenía ganas de pegarle a otra vieja amargada y falta de orgasmos.

- Cathy… yo nunca voy a irme y en cuanto a lo de casarme con tu mamá…

- ¿Qué es lo que querías de mi hija?

Toda nerviosa interrumpí a Edward porque desde hace mas un año, esa noche que se vino a vivir con nosotras que no habíamos vuelto a tocar el tema y no tenía intenciones de saber sus motivos para no casarse conmigo.

- Y lo que quiero de ti mami – sonreí y de reojo vi a Edward en sus propios pensamientos – quiero un hermanito, le pregunte a la abuela Renée y ella dijo que tenía que pedírtelo a ti

- Oh – por segunda vez en el día quedé con la boca abierta en forma de “o” – yo… - miré a Edward y esto no era algo que quería hacer así pero – yo…

- Tranquila mami – me interrumpió – la abuela también me dijo que un hermanito toma 9 meses en llegar así que aun tenemos tiempo

Volví a mirar a Edward y no sé que estaba pensando pero estaba metido en su mundo así que pude respirar tranquila de que no se diera cuenta de mis titubeos ya que así iba a poder seguir con mis planes tal cual lo tenía planeado. Toqué disimuladamente mi vientre y sonreí al saber que el deseo de Cathy estaba más cerca de 9 meses, quizás solo 7.

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Besos, Joha!!!