Mirame Otra Vez - Capitulo 40

Hola. Chicos, por fin el capitulo completo, largo y con lemmon SIIIII!!!. Besos!!

Summary: ¿Edward quería una zorra?. Una zorra le iba a dar. Todos van a van a saber quien es Isabella Swan. Van a tener que mirarme otra vez a partir de mañana. ADVERTENCIA, contiene material para mayores de edad.

Capitulo 40

Como el parque estaba relativamente cerca de mi casa decidimos irnos caminando, así seria mejor, el día estaba hermoso y un brillante sol resplandecía con mucha fuerza sobre nuestras cabezas, gran acontecimiento para el siempre húmedo Forks. En cuanto llegamos al parque no pude evitar sentirme mal al ver solo familias en el, creo fervientemente que esta sensación de estar traicionando a Emm duraría por lo menos un buen tiempo conmigo.

- ¡Si te caes no llores! – alcance a gritar antes de perder de vista a Cathy en los toboganes

Edward tomo mi mano en un gesto de lo más normal y me llevo a una banca donde nos sentamos sin soltar las manos.

- Ey – me removió gentilmente – tranquila

- Siento que todos nos miran – y si, habían varios padres de los compañeros de Cathy que tenían sus vistas fijas en nosotros - ¡Dios! – hable riendo – no puedo creer que al primer día que llegaste nos besamos y a qué semana estamos tomados de la mano en el parque junto a Cathy… somos…

- Bella y Edward – termino por mi – somos Bella y Edward y todo el mundo en este pueblo sabe que nos amamos desde que nos conocemos

- Pero ya no estamos solos… ya no somos los pendejos de antes

- Y es por eso que estamos acá – paso un brazo por mis hombros y me acerco a él – ahora afrontamos las cosas desde el principio y tratamos de no herir a nadie

- Exacto

Deje mi cabeza reposar en el hombre de Edward y vi como mi hija jugaba feliz en el tobogán. El sol seguía cayendo sobre nuestros hombres y la suave brisa nos deba la frescura necesaria, claro que de todos modos sería imposible morirse de calor en Forks. No sé bien cuanto tiempo paso, pero las dulces caricias de los dedos de Edward masajeando mi cabeza me tenían muy relajada y algo ajena al mundo exterior. Por un momento cerré los ojos e imagine una vida así, feliz y sin problemas, sabía que aun quedaban muchos cabos sueltos para que con Edward pudiéramos estar bien pero por ahora me bastaba con estar así con él, abrazados y tranquilos.

Fue la presencia de Cathy moviéndome la que me trajo de vuelta a la realidad. Lo primero que vi cuando abrí los ojos fue como Edward estaba tan absorto como yo, solo basto una mirada para que nos sonriéramos y entendiéramos lo que pensaba el otro.

- Tengo hambre – estaba agitada y algo sucia, nada anormal para cuando venia al parque, por lo menos su enorme sonrisa me indicaba que la había pasado bien

- Bien – Edward desenredo sus brazos y se levanto para tomar mi mano – estaba esperando que tuvieras hambre – me puse de pie y note como ahora tomaba la mano de mi hija – porque yo me muero de hambre, así que… ¿Qué quieres comer?

- Mmm – pensó por un momento hasta que de pronto sonrió mostrando sus dientes disparejos – pizza

- Cathy… - le advertí

- Solo por hoy mami – soltó la mano de Edward y me rogo con la manitas juntas

- Bien… pero solo por hoy

Edward rio y volvió a tomar su mano para guiarnos al restorán italiano que estaba unas cuadras más abajo, ahora sí que venía la prueba de fuego para el qué dirán, sabía que hoy sábado el sector de pizzería de la comida Italia estaba llena así que era muy probable que los comentarios comenzaran mas luego de lo esperado.

- Si quieres vamos a otra parte – me murmuro mi chico

- No – negué sonriendo – ya me decidí… quiero estar contigo y el resto aunque me importa, por ahora no dejare que me afecte

- Sigues siendo la misma chica decidida Bella Swan

- Lo sé – sonreí a la vez que me pasaba un brazo por los hombros

Entramos al restorán y preferí no mirar a nadie, inmediatamente nos dirigimos a la sección de pizzas y ahí pedimos dos comenzar a comer. Hablamos de muchas cosas y Edward conto varias historias de su estancia en Europa, Cathy le recordó lo de su acto en el colegio y antes de que me diera cuenta ya estábamos terminando. Cuando la mesera llego con la cuenta Edward pidió una pizza mas pero para llevar, la verdad es que habíamos comido demasiado y dudaba que quisiera seguir comiendo lo mismo.

- ¿No te basto con todo lo que comiste? – me burle

- No es para mí – miro sonriendo a Cathy – creo que sería bueno que se la llevaras a tu padre… ama la pizza con piña

- ¡SIII! – chillo mi hija – mi papi dice que es como comer un pedacito del cielo

Tuve que rodar los ojos ante eso, para Emm todo era como comer un pedacito de cielo, pero más a allá de eso ame el gesto de Edward, sabia lo mal que se debía sentir al quitarle tiempo a su amigo con su hija y creo que lo estaba haciendo bastante bien. Cathy insistió en llevar la pizza pero una cuadra más abajo se rindió y Edward tuvo que tomarla en brazos mientras yo llevaba la pizza, solo eran las 7 de la tarde y mi hija ya estaba muerta.

Cuando llegamos frente a mi casa me sentí algo mal porque este día tan lindo terminara, quizás podríamos haber hecho algo más pero mi hija estaba agotadísima y no podía exigirle más a una niña de solo 4 añitos.

Ya estábamos frente a mi puerta y habíamos dejado de caminar así que solo me quedo girarme hacia Edward.

- Me encanto el paseo – no puedo creer que mis manos estén sudando por despedirme de Edward

Parecía que volvía a tener 16 y era la amiga secretamente enamorada del chico más popular de todo el pueblo, que cuando se me acercaba para darme un beso totalmente amistoso hacia que mi corazón latiera tan fuerte que una vez tuve que preguntarle a mi mamá si podía sufrir de insuficiencia cardiaca, por supuesto que en ese tiempo tenía solo 12 años y mi madre trato de no burlarse de mí, tampoco lo hizo cuando a los 13 le pedí que no le pusiera tanto aliño a la comida porque me estaba haciendo alérgica a Edward ya que cada vez que lo veía se me revolvía toda la guatita y me daban muchas cosquillas. Si, habían pasado los años pero tal parecía ser que nosotros éramos los mismos, yo la misma chica enamorada y él el mismo chico dolorosamente guapo… solo que ahora el chico si me amaba de vuelta.

- Me encanto el paseo Eddie – Cathy estiro sus brazos y Edward no dudo en tomarla en ellos – me gusta mucho que seas el novio de mi mamá – mi hija le dio un beso en la mejilla y Edward la dejo en el suelo para que con sus eternas fuerzas entrara corriendo a la casa para encontrarse con su padre

Mire a Edward y espere por mi beso de despedida para entrar a la casa. ¡Mierda!, seguía nerviosa. Mi chico se me acerco hasta que quedamos muy cerca y pudo pegar su frente a la mía.

- Ponte más linda de lo que eres que en una hora te paso a buscar – inmediatamente me aleje dos pasos de su cuerpo como si lo estuviera repeliendo, pese a que sentía mi cuerpo conectado a mi cabeza en algún punto me sentía algo perdida

- No… – sacudí la cabeza un par de veces – entiendo – o sea, acabamos de salir

- Digo que aunque me encanto pasar el día con ustedes dos hay cosas que quiero hacerte y no puede estar ese angelito cerca – sonrió apuntando al interior de la casa – no siquiera alcance a sonrojarme, tenía una hija que no podía dejar sola por las noches

- Pero… Edward – sonreí incrédula – no puedo dejar a mi hija sola… lo siento pero… - un dedo sobre mis labios hizo que me quedara callada.

Con mucha lentitud, Edward se acerco para besar mis labios al mismo tiempo que retiraba su dedo de ellos, el muy maldito sabia a la perfección como controlarme.

- Hable con Emmett – y otro golpe me hizo pensar que quizás estaba soñando – me dijo que hace mucho que quería pasar una noche con Cathy llena de dulces y películas… así que… ¿Paso por ti en una hora?

Rodé los ojos, tendría que tener una larga charla con Emmett, llevábamos 4 años discutiendo por como criar a Cathy y Emm sigue con la idea de que unos cuantos dulces y par de noches de desvelo no le harían mucho y sí, estoy de acuerdo, pero lo conozco y conozco a mi hija y sé que no serán unos cuantos dulces, por eso mismo ni siquiera pienso entrar a la cocina porque sé que me encontrare con un arsenal para una docena de personas.

¿Es que Emmett no sabe que su hija no pesa lo mismo que él?

- Tranquila… mejor que Cathy sea gordita… así no atraerá a los niños – rio Edward mientras yo lo fulminaba – Emm es su papá… la cuidara bien

- Lo sé – sonreí, si, me preocupaba mucho pero en el fondo sabía que Emm era mil veces más cuidadoso con ella cuando estaban solos – Cathy es su vida

- Entonces – tomo mi rostro con sus manos - ¿Vienes conmigo hoy?

- Si – no necesitaba pensar nada, mi hija estaba cuidado por su padre y eso era lo único que necesitaba saber

Se despidió con un beso en mi mejilla que era claramente la promesa de algo mas, aun en las nubes entre a la casa.

- ¿Vash a yir?

- Emm – me acerque para estirarle una servilleta – traga primero – lo hizo y me sonrió

- ¿Vas a ir?

- Si – en el segundo que lo dije baje la mirada

- ¡Ey! – me hizo verlo – nada de arrepentimientos, yo estoy bien… hable mucho con Edward y le deje en claro que aunque te amo y sé que siempre va a ser así ustedes deben estar juntos… Cathy es mi hija, eso nadie lo va a cambiar y él lo entiende… además – se encogió de hombros – sabe cómo mantenerme contento – alzo ¿el ultimo pedazo de pizza? y sonrió

Le di un golpecito y comencé a subir las escaleras, a la mitad me tope con mi hija vestida con su piyama de polar y una coleta bastante desordenada en su cabello, me sonrió y siguió bajando.

Cuando llegue a mi cuarto inmediatamente me quite la ropa y me metí al baño, no pensé mucho en todo el tiempo, solo relaje mis músculos y pensé en que ponerme, no tenía sentido ponerme nada muy revelador pero tampoco quería ir como siempre, así que me decidí por un vestido verde oscuro que era bastante entallado, casi no lo había usado, me lo compre para una fiesta en la oficina y seria así que estaba casi nuevo.

No demore mucho en arreglarme, Edward pasaría en una hora y creo que solo quedaban unos 20 minutos para eso, así que me maquille y baje me apresure a la cocina para hacerle la leche a Cathy, cuando busque su mamadera no la encontré por ningún lado así que me devolví a la sala para verla tomándola recostado sobre el pecho de su padre. Sí, mi hija tenía 4 años y aun tomaba leche en mamadera en la noche, lo amaba y el pediatra no le veía ningún problema.

- ¡Guau! – murmuro Emm

- Te ves linda mami – no sabía cuánto más duraría despierta porque ya se le cerraban los ojitos

- Gracias

Justo en ese momento sonó el timbre así que me acerque a mi hija y bese su cabecita para después girarme a Emm y besar castamente sus labios, sin ninguna segunda intención, murmure un “gracias” y me dirigí a abrir la puerta.

- Estas…

- Gracias – Edward también parecía otro, se veía muy bien arreglado

- Vamos

Tomo mi mano y me condujo directamente a su volvo, no lo había visto hace mucho y aunque no era el mismo de cuando íbamos al instituto se parecía mucho solo que más moderno y nuevo, me subí al asiento y ¡Dios! estaba en el auto de Edward Cullen, con eso me bastaba.

Ninguno dijo mucho, Edward solo se dedico a manejar por la carretera a Port Angeles hasta que paro en un punto y giro para meterse entre los árboles, por un momento pensé que le había pasado algo al auto pero cuando apago el motor me di cuenta que no era eso, Edward tenía su vista al frente y yo comencé a mirar el lugar, no sé porque pero aunque yo no lo reconocí mi cuerpo si lo hizo, este si no era se parecía mucho al lugar donde nos acostamos por primera vez.

- Edward… - murmure algo confundida

- Si – volteo a verme – es aquí mismo… aquí pare el día de tu cumpleaños 16

- Oh – no sabía que mas decir, había pasado tanto tiempo de aquello y aun las imágenes seguían frescas en mi memoria - ¿Por qué…?

- Porque si vamos a empezar de nuevo es por acá por donde debemos comenzar – me sonrió y vi algo que no me gusto mucho – en ese tiempo era el cretino más grande sobre la tierra y te hice mucho daño, yo no quería que las cosas salieran así ese día, pensaba en llevarte a un lindo lugar y seducirte como corresponde pero luego Riley… - suspiro – me puse como loco, ya era un pendejo y lo hice peor… todo lo que paso esa noche salió al revés de cómo de verdad quería… y ahora, si vamos a comenzar de nuevo es eso lo primero que debemos cambiar

- Lo que ya paso no se puede cambiar – acaricie su mejilla – no te preocupes mas por eso… paso hace mucho

- Se que no podemos cambiarlo pero si podemos crear nuevos recuerdos

- ¿Cómo...?

Antes de que pudiera decir nada mas soltó sobre mi y tomo mis caderas para dejarlas sobre las suyas, inmediatamente sentí su poderosa erección enterrándose en mi ya muy sensible coño, sin siquiera pensarlo me frote sobre él y deje que el placer me embargara por completo, lamentablemente el espacio era demasiado reducido así que como hace mas de 11 años lo hicimos pasamos hacia el asiento trasero. Esta vez fui yo quien se adelanto y no deje que dijera nada, solo ataque sus labios y sentí como su lengua se enredaba con la mía para masajearse y entregarse placer.

- Mmm… ropa – murmure

Inmediatamente lleve mis manos a su camisa y con un poco de brusquedad logre dejar su exquisito y bien trabajado torso a mi disposición, si, los años habían pasado y habían hecho a Edward mas follable que antes así que no me pude resistir y lleve mis labios a sus marcados abdominales, sentir como se contraían al tacto de mi lengua lo hizo todo más caliente, de hecho los vidrios del auto ya estaban empañados.

- Necesito – lo comprendí a la perfecciona sí que inmediatamente alce mis caderas – eso… quédate así

Mantuve la postura y sentí el “clash” del momento en que rompió mis bragas, ni siquiera alcance al disfrutar del frio golpeando mi zona intima cuando dos largos dedos de Edward me penetraron curvándose en mi interior y haciendo que todo pensamiento lógico y coherente de mi mente se fueran por completo, ¡Dios!, Edward era único y solo él podía darme tanto placer con solo sus dedos.

- Siempre tan mojada… - murmuro sobre mi cuello el que inmediatamente lamio

- Por ti – jadee moviendo mis caderas

- Así no – saco sus dedos y tuve ganas de golpearlo – yo… adentro

Busque la lógica de sus palabras y la encontré cuando sentí la punta de su polla tanteando mi entrada.

- ¡Oh Dios Eddie!... como te extrañe

Si, lo sé, sonó ridículo pero no podía evitar decirlo, mas de 10 años sin sentir a Edward así, bueno, aunque podríamos contar esa vez en de su cumpleaños en Londres aunque estábamos tan borrachos que casi no disfrutamos, no como ahora que estábamos consientes y listos para recordar.

Cuando por fin lo tuve en mi interior me sentí en casa, la forma en que su grosos se amoldaba a mi interior hicieron que todo encajara. Tuvimos que quedarnos unos minutos quietos y acostumbrarnos a esto, creo que estábamos tan calientes que habían muchas posibilidades de durar nada, así que era mejor controlarse antes de cualquier movimiento.

- Nunca… ninguna – me miro directo a los ojos – te lo juro… ninguna nunca va a ser como tu… te amo Isabella Swan

- Te amo Edward Cullen – como pude alce mis manos y rodee su cuello – te juro que siempre ha sido así

Sentí como salía de mi interior para volver a entrar pero estaba vez más profundamente, tanto que casi lo sentí llegar a mi punto desconocido.

- Por siempre Bella – me beso y su lengua caliente me hizo alzar las caderas – hasta la eternidad

Se separo de mi y vi el momento en que su rostro se retorció y comenzó a embestir como un desquiciado, mi orgasmo estaba en mi garganta así que ni los gemidos salían de mi boca, por eso, solo alce las piernas y las enredé en su cuello para darle un mejor acceso a mi dulce coño que estaba embistiendo con su dura verga… ¡Dios!... esto era el puto paraíso.

Sentí las manos de Edward en mi trasero y como lo masajeo y hasta como tanteo mi otra entrada, con solo una caricia suya me deje ir y logre un orgasmo que fácilmente se podía considerar con el mejor de mi vida.

- Eres…

- Aun no…

Claro, él aun no había terminado así que sus embestidas no bajaron el ritmo pero si cambio el ángulo y ¡Mierda!, creo que toco mi punto G porque vi malditas estrellas de colores mientras me deja ir en un orgasmo arrasador. Corrijo, este sí que haya sido el mejor orgasmo de mi vida. Sentí el semen de Edward vaciándose en mi interior pero aun así siguió arremetiendo en mi interior hasta que grito y se dejo caer sobre mi cuerpo.

- Edward… - lo abrace y acaricie su mojado cabello

- Lo sé – se separo para mirarme y besarme en los labios – te amo Bella Swan

- Y yo a ti Edward Cullen – seguí acariciando sus cabellos mientras sonreía ante tan maravilloso momento

De pronto deje de sentir el peso de Edward quien se acomodó y comenzó a buscar su ropa.

- Sera mejor que nos vayamos o nos quedaremos a dormir aquí

- ¿Y a donde vamos? – baje mi vestido que había sido lo único que se había desacomodado un poco

- Ese día de tu cumpleaños – esta vez no había tanto dolor en sus palabras – prepare una sorpresa… quizás llega 11 años tarde pero creo que vale la pena que la veas

Quizás, en mi cumpleaños 16 las cosas no salieron como Edward las tenía planeadas y eso definitivamente desencadeno en el resto de las cosas que nos pasaron, pero si no hubiera sido por esa noche nadie me asegura que las cosas hubieran sido mejores o peor, solo salieron así y lo importante es que ahora todo estaba en su sitio.

- Entonces… ¿estás lista para un viaje al pasado?

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Besos, Joha!!!