Resiste - Capitulo 50

Hola!!. Chicos, se que me van a querer matar pero el proximo ya es el ultimo capitulo :(. Besos!!

Summary: Sin esperar nada mas le dio una rápida apretada a mi entrepierna, la que aunque no se puso dura comenzó a reaccionar, enseguida se giro como si no hubiera pasado nada y salio de mi casa… Creo que si tendré que aprender a Resistir. ADVERTENCIA, contiene material para mayores de edad.

Capitulo 50 

Miré a Bella esperando primero por su reacción pero no obtuve nada, cuando la vi estaba con la cabeza hacia atrás apoyada por completo en la camilla y con los ojos cerrados. Pensé por un momento que estaba meditando la situación pero cuando noté que no se me movía comenzó a entrarme un pánico tan real que me dolió hasta el estomago. Me moví con rapidez tomando su cabeza para moverla un poco pero me di cuenta que no reaccionaba… ahora sí que tenía miedo.

- ¡AMOR! ¡BELLA! – no quería zamarrearla mucho. Tenía miedo

- A un lado por favor – sentí como era apartado pero solo porque el cálido cuerpo de mi esposa dejó mis brazos

Vi un tanto catatónico como el doctor ponía una cosa rara que les cuelga del cuello en el pecho de mi mujer, quise quedarme al margen pero la verdad es que aunque quisiera haber hecho algo no podía moverme, estaba ahí parado sin hacer nada. Solo mirando.

- Tranquilo – escuché la voz del doctor pero la sentía demasiado lejos para ser real – solo esta desmayada

Pestañeé varias veces y hasta me ayudé de mis manos para arreglar un poco mi visión pero me tomó otro par de segundos despertar por completo.

- ¿Está bien? – temeroso me acerqué hasta mi esposa. Toque sus cabellos y ahora parecía estar más que nada dormida

- Si – me hizo a un lado y puso sobre la nariz de Bella un algodón con, supuse yo, algo de alcohol – pero ya…

Y en ese momento ella se comenzó a mover, poco a poco pude ver esos hermosos ojos cafés mirándome fijamente. Pestañeo varias veces pero sin mover sus ojos de los míos.

- ¿Es… verdad? – no entendí mucho sus palabras - ¿De verdad vamos… a tener dos hijos?

Sus ojitos estaban totalmente anegados de lagrimas pero no había ni un dejo de tristeza, eran lagrimas cien por ciento de felicidad.

- Si mi amor – acaricie sus cabellos y despejé su frente para dejarle un beso – vamos a tener dos bebes hermosos y van a ser los niños mas consentidos y queridos del mundo

- Edward…

Su voz se quebró y no me quedó más que abrazarla, se que este no era el lugar para hacer esto, aun estábamos en la consulta del doctor y sé que tenía más horas pendientes así que como pude logre calmar a mi esposa y lograr que el doctor me diera a mi todas las indicaciones, en todo caso igual nos hizo agendar una cita para la próxima semana ya que no había podido terminarla y además porque un embarazo múltiple requería mayores cuidados.

La tomé con cuidado y la guie hacia la casa directamente ya después llamaría a la farmacia para que nos llevara los medicamentos que faltaban, los que estaba tomando Bella no eran suficientes y era mejor prevenir antes de cualquier cosa.

¡Mierda!

Quise pegarme en la frente porque recién me daba cuenta, por eso Bella comía tanto y yo….

- ¡AGGG! – chillé cuando sentí un piñizco en mi brazo, estaba sentado al lado de la cama en donde acaba de dejar a mi esposa - ¿Qué pasó amor?

- ¿Viste que no comía de chancha? Era porque tengo a dos bebés que alimentar, así que tengo que comer por tres – su labio inferior sobresalía y por un momento pensé en agarrarlo con mis dientes

- Lo sé – me recosté a su lado – soy un estúpido y mal esposo – acaricie sus cabellos nuevamente – pero te juro que ya no te molestaré mas con eso, al contrario, ahora quiero que comas aun mas

- Que bueno – sus labios se alzaron en una picara sonrisa – bien, porque quiero helado con  crema, duraznos en conserva, arrolladitos prim…

Dejé de escucharla y solo me concentré en mirarla, estos meses que se nos venían serian los más maravillosos de nuestras vidas y yo pensaba disfrutarlos a concho.

El domingo estábamos preparados para dar la noticia y más aun ahora, ya que aunque hubiéramos estados tan contentos al principio aun así nos costó mucho aceptar por completo la noticia ya que tener dos bebes conlleva mucho, el doble de responsabilidades de horas sin dormir y un montón mas que no quería pensar. Eso sí, menos mal que teníamos los medios económicos porque todos los gastos también se multiplicaban por dos. Por ahora y creo que hasta el final no sabríamos los sexos de los bebes ya que por ser mellizos y no gemelos había una posibilidad de que fuera un hombre y una mujer, así que después de una corta charla llegamos a la misma conclusión, esperar, pero con la opción de poder cambiar de opinión.

Aun no podíamos saber con exactitud cuánto tenia Bella, pero si ya supimos que tendríamos mellizos mi tesis sobre que tenía más de dos meses volvía a cobrar fuerza. Por ahora tendríamos que conformarnos con esperar hasta la nueva cita que tendríamos esta semana con el ginecólogo, así que nuestra familia solo podría saber que estábamos embarazados y que esperábamos a dos hermosas criaturas.

Por supuesto que la noticia fue más que bien recibida, todos estaban extasiados, mis padres y los de Bella lloraron un  poquito, sobre todo mi madre que decía que tener dos nietos la hacía más joven ya que aunque estaba feliz con el embarazo de Jane sé que no le gustaba mucho la idea de ser “bisabuela” pero ahora estaba mejor, abuela era una palabra mucho aceptable y ya había decido que todos la llamaran así. James no quiso quedarse afuera y dijo que se pondría en campaña para alcanzarnos porque Jared ya estaba en edad de tener un hermanito mientras que Tanya aun quería esperar un poquito porque estaba pensando seriamente en adoptar a unos chicos algo más grandes, decía que si ella tuvo esa oportunidad era genial dársela a alguien más y menos mal que Gerard la compartía así que tal parecía ser que se irían por el camino de la adopción de aquellos chicos que por ser un poco mas grandes era algo rechazados.

- ¿Y que mas dijo el ginecólogo?

- No mucho – Bella se encogió de hombros mientras yo la rodeaba con mis brazos – me desmayé y tuvimos que irnos

- Hija – negó sonriendo Charlie – no puedes irte desmayando por la vida

- Tu harías lo mismo – lo apuntó – si te dijeran que tienes a dos – hizo el numero con los dedos – personas dentro de ti. Me asusté por un segundo pero también estaba tan feliz que no pude expresarlo bien

- Lo expresaste bien – besé su cabeza dándole la razón

- Entonces ¿Esta semana tienes una nueva cita con el médico hermana?

- Si Tanny pero no es mucho lo que me va a decir, más que nada confirmar los meses de embarazo y terminar la ecografía, a penas y lo dejé hacerla bien

- Eres una llorona – la molestó su hermano mayor pero mi esposa solo le tomó la mano

- No dirías lo mismo cuanto te enteres que espero trillizos

El rostro de mi cuñado se deformó ante la voz de Emily que lo miraba seria pero solo por unos segundos porque cuando notó que el color se iba por completo del rostro de mi cuñado cambio su rostro y soltó una potente carcajada que nos dejó en claro a todos que solo era una broma.

- ¿Sabes? – Jane estaba sentada a nuestro lado y le habló bajito a mi esposa – me alegra mucho que vayamos a ser mamás juntas

- A mi también – Bella tomó su mano y la apretó – siempre has sido mi única amiga y me alegra compartir esto contigo, se que Alice…

- No – negó con la cabeza mi nuera – mi hermana buscó su destino, tu cambiaste el tuyo y es por eso que estas aquí

- Ella está contigo – le sonrió mi Bella – ella siempre está contigo Jane

- Lo se

Mi hijo apretó a su esposa a su pecho y la acurrucó, por lo que me había contado con esto de las hormonas estaba demasiado sensible y cada vez recordaba más a su hermana muerta, recuerdo ese día que me contó de Alice pero desde ahí no la había vuelto a nombrar, no sé cómo se puso para la boda porque no estuve pero supongo que es en fechas importantes que uno recuerda con dolor a los que ya no están. Me hacia bien eso si saber que mi hijo era un buen marido y que estaba en todo momento con Jane, eran buenos y se merecían todo lo bueno que les estaba pasando.

- Hijo – mi madre estaba sentada a mi otro lado – sé lo que has pensado

- ¿Y que he pensado? – me voltee por completo ya que Bella seguía hablando con Jane

- Que estas viejo – tomó mi mano que había quedado helada – y es verdad – fruncí el ceño por su sinceridad – pero no dejes que eso te ponga trabas, piensas en esos veinte años como experiencia y como algo que puedas usar a tu favor. Cariño – apretó aun mas mi mano – tu también cometiste errores con Demi y sé que no las cometerás ahora, así que no dejes que esos veinte años te hagan mal, al contrario, haz que te hagan bien

- Eso ya lo había pensado madre pero es lindo escuchar esas palabras de ti – besé sus manos

- Se que soy vieja y ya me cuesta aceptar ser abuela, pero me alegra ser bisabuela también. Pocos pueden decir que vivieron para ello

- Aun eres joven Esme – la abracé – así que agradece a que en tus tiempos era normal tener hijos a los 17

- Oh cariño… créeme que lo hago

.

.

.

- ¿Cómo estás? – acaricie el cabello de mi esposa pero no estaba muy seguro de que me escuchara – todo salió bien cariño – continúe

- Lo sé – sus ojos seguían cerrados pero ahora estaba seguro de que me escuchaba – solo que… estoy tan cansada

- Mi amor, debiste permitir que te hicieran la cesárea, así no…

- No – rezongó con la voz media patosa – yo quería que esto fuera así – con los ojos medio cerrados ensanchó su sonrisa – no podría haberme perdido el nacimiento de mis bebes

- Fue hermoso mi Bella – se que estaba cansada así que solo le besé la frente y la dejé descansar

- Anda a verlos – murmuró – y tráelos por favor

- Claro mi amor

Besé su frente y ella ya estaba dormida. Mis dos preciosos bebes aun estaban en ese proceso de limpieza y no sé que mas pero sabía que en cualquier momento llegarían así que salí para reunirme con toda la familia que estaba desesperada por noticias, quizás debería haberlos visto antes pero no pude separarme de mi esposa hasta que la vi tranquila. En cuanto salí los vi a todos desesperados así que le anuncié con mucho orgullo la noticia, había sido padre de dos hermosos niños, Anna y Matt, no eran idénticos y eso me gustó mucho, por ahora no podía decir mucho de sus rasgos solo que ambos eran preciosos, por supuesto que toda la familia se agolpó para verlos y pudieron hacerlo en unos segundos ya que justo en ese momento aparecieron dos enfermeras arrastrando los carritos.

Dejé que ellos tomaran a los niños mientras yo me sentaba al lado de Bella, cuando ya todos los habían alzado ella abrió nuevamente los ojos, se notaba mucho mas descansada pero solo estuvo un segundo bien ya que inmediatamente buscó a nuestro hijos.

- Vayan con su mamá – mi madre que tenia a Anna en sus brazos se acercó hasta Bella y la dejó a su lado – es una hermosa niña, como tu cariño

- Gracias Esme – en sus brazos ya se había acomodado nuestra hija

- Tu ve con papá – me giré y en los brazos de Tanya venia Matt – y cariño – lo alzó un poco para verlo mejor – eres el niño más lindo que he visto después de Jared y Thomas

Rodé los ojos, mi nieto tenía dos meses y cuando nació Tanya había dicho lo mismo, creo que ahora sí que estaba sensible por tener sus propios hijos, ya habían iniciado los trámites de adopción pero se demorarían un poco más así que por ahora solo les quedaba esperar.

- Eres muy valiente mi niña – Carlisle estaba al lado de Bella acariciando la cabecita de Anna

- Y estamos muy orgulloso de ti – agregó Charlie

- Gracias papis

Los tres se abrazaron pero yo me desvié para un apretado abrazo de parte de mi hijo. Se lo respondí con la misma intensidad.

- Estoy tan orgulloso de ti Edward Cullen

- Sigo siendo tu padre – le di una palmadita en la espalda – así que más respeto

- Eres un padre genial y sé que lo serás mucho mas con mis hermanos, no sabes la suerte que tienen

- La suerte la tengo yo por los hijos que me tocaron y por ese maravilloso nieto que me diste

Siguieron los momentos de felicitaciones y de lloriqueos porque todos estábamos tan plenos que no se podía creer. Como a la hora todos se tuvieron que ir porque Bella necesitaba alimentar a nuestros hijos, me ponía algo nervioso no poder hacer nada porque uno de nuestros hijo siempre iba a quedar mirando pero no tenía mucho que hacer solo entretener en este caso a Matt mientras Anna comía.

Como el parto se pudo planear de lo más bien no tuvimos problemas así que a los dos días ya estábamos en casa. A lo largo de estos meses pudimos prepararnos bien y hasta medio habíamos ideado un sistema, Bella no quería a nadie ajeno a la casa, solo nos venían a ayudar con el aseo durante el día pero el cuidado de nuestros hijos era solo nuestra responsabilidad. Pese a que ya les teníamos a ambos sus cuartos elegidos, por ahora habíamos decidido acomodarlos en la pieza que estaba junto a la nuestra y ahí habíamos dispuesto todo, sus dos cunitas y todas sus cosas. Como éramos muchos quisimos dejar este momento solo para nosotros, además que a momentos los chicos se ponían nerviosos cuando los pasaban de tantas manos.

En cuanto entramos a su cuarto sentí esa vibra de que ya estábamos enteros, sé que me faltaba Deme pero él ahora tenía su propia familia así que de ahora en adelante esta era la nuestra por completo, ya no tendríamos más hijos, estaba en la edad justa para no criarlos como un abuelo senil, así que hace un mes me hice la vasectomía para ahorrarnos los cuidados ya que el embarazo había hecho a mi mujer mucho mas sexual y algo me decía que eso se mantendría así.

Mientras estábamos en el cuarto yo tenía a Anna cogida y Bella a Matt, necesitábamos acurrucarlos para que se durmieran y así nosotros también pudiéramos descansar un poco. Era extraño tener el cuerpito de mi hija entre mis brazos, eran tan pequeñita que me ponía nervioso siquiera respirar cerca de ella.

- ¡Tómala bien! – quise rodarle los ojos pero yo estaba igual de histérico que ella - ¡Edward! ¡Se te va a caer!

- Lo tengo bien tomada – iba a hacerle una bromita pero sentí el frágil cuerpo de Anna casi escurriéndose por mis manos y sentí mi corazón detenerse - ¡Perdón, perdón, perdón! Lo siento mucho mi niñita – besé su cabeza repetidas veces con la mayor delicadeza que encontré.

No grité solamente porque ya se estaban quedando dormidos y nos había costado demasiado tranquilizarlos a ambos al mismo tiempo. Bella quería decirme varias cosas pero también se estaba conteniendo, lo notaba en sus labios apretados y en sus ojos achicados. Matt también estaba cayendo en el mundo de Morfeo haciéndole compañía a su hermanita.

- Ya mi niño… tu papá es poco bruto porque eso es lo que hace la edad en las personas – le hizo los arrumacos mas preciosos que había visto nunca – pero ya verás como mas tarde le doy una buena patada por haber estado jugando con tu hermanita así… si mi bebé… una patada en las partes de papá – habló con voz de bebé

- No la escuches mi niña – le seguí el juego – porque ya verás como mas tarde con mamá nos ponemos en campaña para traerles otro hermanito… lo último que haría ella es atentar en contra de las partes de papá

- Pero las partes de papá ya no funcionan – siguió ella con la misma voz – así que no podemos traerles más hermanitos

- Pero si podemos ponernos en campaña

Mi beba ya estaba dormida así que con el mayor de los cuidados la dejé en su cunita, de reojo noté que Bella hacia lo mismo con Matt. Acaricie el rostro de mi hija por unos segundo y me quedé embobado mirándola pero de pronto ya estaba acariciando los cachetitos de mi niño, parecía que nos habíamos coordinado para cambiar de cuna, nos había salido natural y practico porque ambos habíamos podido acurrucar a nuestros hijos por primera vez en sus cunita. Ya ambos estaban en el camino de los dulces sueños así que con mucho cuidado nos separamos de su lado y los dejamos con la puerta entreabierta, era difícil dejarlos solo pero no podíamos hacer mucho mas.

Cuando entramos a nuestro cuarto no demoré en dar vuelta el cuerpo de mi esposa para apegarlo al mío y besar sus labios, necesitaba tenerla cerca, apenas y habíamos tenido tiempo para nosotros así que no le di tiempo a una sola protesta y antes de que se diera cuenta ya la tenía desnuda sobre nuestra cama.

- La cuarentana – murmuró cuando mis labios estaban succionando sus pezones – el doctor…. ¡oh!

- Solo… ¡OH Dios! – no podía detenerme – si quieres parar…

- Edward – sus ojos me mostraron que no pero me lo confirmaron cuando me volteo para quedar sobre mi cuerpo – solo hagámoslo mejor así

De una sola embestida logró tragarse mi completa polla y sin darme tregua me montó con demasiada energía, tenía razón, su libido del embarazo no tenía ninguna intención de disminuir. Al contrario, ahora que estaba un poco más ligera me monto como nunca antes.

- Oh mierda… estoy segura que tu polla esta mas gruesa… solo, mmm – vi como sus manos masajeaban sus pecho pero no, ese era mi trabajo

- Quita – alcé mis caderas y en vez de usar mis manos use mi lengua - ¡OH SANTA MIERDA!

Un poco de su leche materna se había salido de sus pechos directo a mi boca haciendo que de alguna manera pervertida mi polla saltara de felicidad. Apreté sus caderas con mis manos y seguí chupando con demasiado ánimo, parecía un drogadicto recayendo en la droga.

- ¡Oh Edward! – sentí sus dedos en mis cabellos pero a penas y podía pensar – eso es amor… solo un poco mas… solo…

- Eso amor… muévete así – guie sus caderas para enterrarme lo más posible en ella

Cuando nuestros orgasmos llegaron sentí que su cuerpo caía sobre el mío, estábamos callados y respirando tranquilos, cada vez el sexo era mejor y hacer el amor era sublime, una perfecta mezcla como siempre. No importaba si lo hacíamos fuerte o suave, el resultado siempre era el mismo… un perfecto orgasmo.

- Menos mal que te hicieron la vasectomía porque ni hace dos parí

- Nunca lo hicimos con condón – besé su cabeza – así que no hay mucha más diferencia pero es bueno saber que ya tenemos a nuestros retoños en el cuarto del lado

- ¡Oh mierda! – alzó la cabeza lo justo para verme - ¿crees que nos escucharon?

Por un momento pensé que era broma peros sus ojitos estaban de verdad preocupados así que me di a la tarea de explicarle que unos bebes con dos días de nacidos por más que escucharon ruidos extraños no iban a saber que sus padres estaban haciendo el amor en el cuarto de al lado, por eso no tendríamos que preocuparnos hasta dentro de unos años y ya para ese entonces se habrían mudado a sus reales cuartos que estaban lo suficientemente alejados del nuestro.

- Bien… solo no me gustaría que alguna vez nos escuchen

- Si quieres – besé su frente – podemos poner unos aislantes en las paredes, creo que mis padres lo hicieron así porque nunca escuche nada

- Yo si – bufó con algo de asco – y más de una vez, ya sabes que mis padres no son para nada discretos y no tenían problemas, pero ¡mierda! que son ruidosos

- Te creo – reí recordando esa vez que los encontramos muy cerca de tener relaciones en la oficina del Centro

- Edward…

Bien, su cambio de voz me dejaba en claro que todo lo lindo había pasado y que ahora venia lo que habíamos estado dejando de lado, se que no teníamos más tiempo, que era algo que teníamos que hablar y que aunque fuera horrible y sintiera que mi corazón se rompía no podía ignorarlo, había tiempo y nada era definitivo. Si ella no estaba asustada yo no estaría por ella. Yo sería su soporte como correspondía que fuera.

- Amor… dime algo – sus manos acariciaron mi pecho desnudo y tuve que luchar con uñas y dientes por no llorar

- Bella – suspiré para aclarar mi garganta – no quiero que esto se vuelva un tema tabú pero tampoco quiero que pasemos la vida hablando de esto

- Pero el tratamiento y todo eso será difícil. Hay que decirle al resto de la familia y…

- Odio a Renée – la apreté mas a mi pecho – no puedo creer que te haya hecho esto amor

- Ella no fue – quise creerle pero sé que ni ella lo hacía – es el gen maldito y lo único que pido es que mis niños no lo tengan Edward – ahora sentía lagrimas cayendo en mi pecho por lo que la apreté mas a mi – si es así me muero, puedo soportar pasar yo por ello pero no que mis bebes tengan que…

- No lo sabemos amor… tu lo supiste hasta ahora, te hiciste los exámenes antes y no salió nada ahora. Todo va a estar bien

- No – me sonrió mirándome hacia arriba – sé que me voy a morir pero no me importa, voy a luchar hasta el último momento por ti, por Anna y por Matt… te lo juro Edward. Te juro que voy a luchar con uñas y dientes en contra de este cáncer