jueves, 2 de agosto de 2012

¿Qué es lo que escondes? - Capítulo 1


Bueno, acá el primer capítulo en el Blog. Gracias a Erica por betearlo :)

Summary: Bella sueña con ser detective privada por eso se acostumbra desde adolescente al trabajo... eso hasta que le piden investigar al mariscal de campo Edward Cullen... ¿Qué es lo que esconde Edward? M por lemmons ADVERTENCIA, contiene material para mayores de edad.

Capítulo 1

- Setenta, ochenta, noventa,… cien.

Sonreí como niña con muñeca nueva cuando sentí el exquisito material de los billetes acariciando mi piel. Estos probablemente eran los cien dólares más fáciles que había ganado en mi vida y ya sabía muy bien en que iba a gastarlos.

- Es un placer hacer negocios contigo, Alec –. Sonreí pero aún con la vista completamente fija en mi dinero.

Me estaba dando vuelta cuando una mano me tomó del brazo. Si no hubiera estado tan concentrada en mi dinero es muy probable que me hubiera tomado unos minutos para racionalizar pero, para mala suerte del rubio, no era así por lo que no pude evitar que terminara con su trasero pegado al suelo. Es que la gente sabe que no puede acercarse a mí y menos cuando estoy cargando dinero.

- Lo siento – extendí mi mano para ayudarlo a pararse. Dudó un poco pero la tomó.

- Eres brava Bella.

Me encogí de hombros – Soy como debo ser- le contesté.

- Pero no te hagas la lista… aún me debes mis fotos.

- ¡Oh, cierto! – salí de mi aturdimiento y me golpeé la frente. Si había algo que no era, era ser una estafadora.

Abrí mi bolso café y rebusqué el sobre blanco que había metido esta mañana, estaba entre un cuaderno de notas, lo metí ahí para evitar que las fotos se arrugaran, eran tan hermosas que me daba penita que se pudieran estropear… sobre todo esa en la que…

- ¿Y?

- Aquí están – puse el sobre en su mano y me crucé de brazos. No pensaba irme hasta que lo abriera.

- Gracias.

Esperé pacientemente hasta que Alec abrió el sobre y sacó su contenido. Su rostro poco a poco se comenzaba a deformar mientras iba pasando las instantáneas. Yo sabía perfectamente lo que estaba viendo. Heidi, su novia desde hace más de un año, salía lamiéndole el coño a Irina, su mejor amiga con la cual estaba pasando más tiempo del debido últimamente. Debo reconocer que no fue fácil obtenerlas pero si por algo me caracterizaba era por ser persistente, me había tenido que encaramar en un árbol y presenciar mucha actividad sexual lésbica pero este era mi trabajo y me encantaba.

Sí, la gente me paga para que espíe a otras personas, soy una especie de detective estudiantil. Aunque mis casos generalmente son sobre infidelidades adolescentes y unos cuantos problemas de padres, nunca había pasado más allá, por ahora estaba bien pero ya el próximo año pensaba expandir mis horizontes y diversificar mi campo de trabajo.

- ¿Estás bien?

No había nada mejor en el mundo que ver a alguien abriendo los ojos. Era revitalizador saber que ayudaste y que por supuesto quedaste con el bolsillo lleno.

- Heidi…

- Sip – remarqué la p exageradamente -, tal parece que tu novia no es muy hetero que digamos…

- Pero… - una vez más miró las fotos, pero esta vez de manera furiosa.

- Quizás debería…

- Yo… esto quiere decir que… - sus ojos se encontraron con los míos pero no estaban tristes como esperaba - ¡Puedo hacer un trío con ellas!

Lo próximo que sentí fue como sus brazos rodeaban exageradamente mi cuerpo. Dejé caer los brazos a mis costados y conté hasta cinco.

¡Odio que la gente me toque!

Con esfuerzo conseguí separarme de él y darle una palmadita. Este estaba peor que esas dos que viven una vida de mentiras. Le deseé suerte con la mirada pero no me atendió. Estaba eufórico.

Hombres…

Caminé distraídamente por los pasillos del instituto. Trataba de no ponerle atención a nadie, todos tenían secretos y ocultaban cosas, yo también y por eso sé que nunca podré confiar en nadie así que me conformaba con tener un par de conocidos con los cuales conversar y almorzar pero de amigos… nada.

Ya estaba terminando la hora del almuerzo y yo la había gastado haciendo negocios. Sí, ahora tenía el dinero para mi iPhone pero mi estómago no estaba muy de acuerdo y expresó sus sentimientos rugiendo exageradamente.

- Deberías dejar tus negocios para después del colegio.

Rodé los ojos y le pegué disimuladamente a mi amigo en el hombro – Sabes que no puedo.

- Lo sé – sonreí y me comí mis palabras cuando Jasper me extendió un sándwich que no sé que tenía pero se veía exquisito -. Quizás deberías probar con…

No pude escuchar sus palabras porque los pasillos se vieron envueltos en un asqueroso desfile rojo y amarillos. Gritos, tambores, trompetas y no sé cuantas mierdas más llenaron el ambiente, me tapé los oídos pero ni siquiera así pude aplacar un poco el ruido.

¡Putos jugadores!

¡Putas porristas!

- ¿Por qué mierda tienen que hacer esto en los pasillos?

- Porque quieren que todos sepan que son los mejores del colegio – Jasper rodó los ojos y yo también.

Odiaba a los populares.

- Apuesto que todos estos señoritos perfectos tienen más mierda oculta que el resto – murmuré solo para mí pero sé que mi amigo me escuchó.

- Sí… sobre todo Cullen.

Seguí la mirada amenazante de Jasper hacia el mariscal de campo, Edward Cullen. No sabía mucho de él además de que es hermoso, inteligente y absolutamente perfecto en la cama, aunque esto último no lo había confirmado pero no tenía intención en hacerlo, me bastaba con la cantidad de rumores que se escuchan en los pasillos. El señorito perfecto ya tenía una beca para jugar en Stanford y me alegraba por él, es el típico cliché del adolecente americano y seamos sinceros… no puede faltar un don perfecto en ninguna secundaria.

Ya más tarde podría contarles a mis amigos que el tipo de la televisión había estudiado conmigo, quizás hasta podría inventar que tuve una cita con él. Porque si de algo estaba segura es que Edward iba a ser un jugar muy famoso de fútbol americano.

- Es tan…

- ¿Qué pasa Jazzi? – Me burlé chocándolo de lado - ¿Estás celoso del perfecto Cullen?

- No, Bells – negó pero aún mirándolo -, es solo que siento que… no sé, hay algo en él que no me cuadra y no me gusta que en dos semanas dejemos el colegio y yo no lo haya descubierto.

- Deberías estar feliz – ya los ruidosos habían pasado. Ahora estaban celebrando en la cafetería - , no verás a ninguno de estos infelices nunca más.

Su brazo pasó por mi hombro poniéndome incómoda – Pero, sí espero seguir viéndote a ti Bells.

- Claro – no quise ser pesada y decirle lo que pensaba de nuestra amistad pasajera.

- Pero aun así… ¿No te parece raro que Cullen nunca haya tenido una novia?

- Sí tiene novia – caminé hacia mi casillero para sacar los cuadernos que ahora necesitaba -, todos la conocemos, se llama Rosalie Hale y va en la secundaria de Port Angeles. Es tan perfecta como él… fin de la historia.

- Pero… no sé… creo que Cullen es gay.

Apreté los labios hasta que me dolieron. Se notaba la envidia de Jasper a kilómetros - ¿Gay?

- Sí… nunca se le ha visto con una mujer y además… - dudó por unos segundos pero solo a penas - , nunca se ducha con el resto en los camerinos, creo que tiene miedo a excitarse cuando vea otras pollas y que noten su homosexualidad.

- Eso es una mierda Jasper. Yo solo creo que Edward es el típico cliché americano… créeme –le di mi mejor mirada profesional –, no hay nada interesante ahí.

- Y si lo hay tú podrías descubrirlo.

Apreté los libros a mi pecho sin dejar de verlo – Explícate.

- Eso… que si Cullen esconde algo sé que tú serás capaz de descubrirlo… eres la mejor en esto Bella, ¡Tienes que ayudarme a saber que esconde Edward!

- Oh, no – negué comenzando a caminar hacia mi salón -, no pienso meterme ahí porque sé que no encontraré nada. Edward es perfecto – me encogí de hombros sin ocultar mi mueca de desagrado -, punto.

- Vamos Bells… hazlo por mí, por tu amigo.

- No eres mi amigo -. No me dio cosita herir sus sentimientos, ya se lo había dicho muchas veces.

– Sí que somos amigos solo que tú no quieres aceptarlo porque eres una gallina.

- Como sea… me voy.

- ¡No! ¡Espera! - ¡Mierda! ¿Es que la gente no entiende que no me gusta que me toquen? Menos mal que con solo una mirada Jasper entendió y me soltó el brazo – Está bien, solo quería decirte que si averiguas que es lo que esconde Cullen te daré mi moto.

- Define daré – me crucé de brazos mucho más interesada en el tema.

Hace mucho que quería una moto pero lamentablemente nadie quería venderme una porque el lindo de mi padre había amenazado a todos los vendedores con revocarles la patente si lo hacía. Quería una moto desde hace mucho y la de Jasper era perfecta para poder irme a la Universidad, no quería un auto que no tuviera donde estacionar, quería una moto que me revolviera el cabello y no me hiciera perder tiempo en atascos innecesarios.

- Te la regalo… quiero cambiarla por un auto y sé que tú la quieres pero… para que te la dé quiero que averigües que esconde Edward… más bien quiero pruebas de que es gay.

Estaba segura de que no había nada que encontrar pero esto era demasiado fácil. Solo debía seguir a Cullen durante sus encuentros con su novia y tomarle un par de fotos follando con ella… quizás otro par masturbándose en la ducha. Sí, definitivamente esto sería muy fácil.

- Trato – extendí mi mano pero la saqué antes de que él la tomara –, pero, si descubro que no es gay me pagarás igual.

- Trato.

Jasper estaba tan seguro que no dudó en sellar nuestro acuerdo.

Después de eso nos separamos porque el timbre sonó. Después del almuerzo me pasé toda la clase pensando en todos los lugares que visitaría con mi nueva moto y en el iPhone que iría a comprar después de clases.

.

.

.

En todos mis años de estudiante jamás sentí el espíritu escolar así que nunca se me ocurrió ir a algún partido pero hoy era mi oportunidad perfecta para espiar a Cullen.

No sé mucho de fútbol americano pero sí sé que iban ganando. Cullen es bueno, bloqueó a un par y metió el raro balón en no sé dónde porque la gente gritó. Creo que mis conocimientos sobre fútbol daban pena.

Eso sí, noté de maravilla lo bien que se le pegaba el traje, sobre todo en sus muslos y en su entrepierna. ¡Mierda! esperaba que no fuera gay porque si no iba a sentir que el mundo femenino había tenido una gran pérdida.

Rebusqué en una aplicación que recientemente le había bajado a mi iPhone las reglas del fútbol americano, no entendí mucho pero por lo menos me bastaron para saber cual equipo era cual.

El resto del partido me dediqué a pensar en Edward de otra forma. Nunca negué su atractivo evidentemente obvio, pero tampoco nunca me di el tiempo para ponerme a tener fantasías sexuales con él, es que no es mi estilo, tan perfectito y popular… salía definitivamente de mi esquema de hombre.

A mí me gustan fuertes, con una polla enorme y un poco malos. Cullen tenía las dos primeras cosas pero le faltaba la tercera. Aunque… quizás, ahora que estábamos en el último año y que solo queda una semana para salir…

Pestañeé muchas veces para darme cuenta que el partido había terminado, ganamos y ahora Edward era alzado por el resto de sus compañeros. Sé que habíamos ganado el campeonato de no sé qué, algo importante que se iba a festejar con una fiesta, ya estaba comenzando la despedida para quienes nos íbamos.

- Esta es tu oportunidad Bells.

- Lo sé – gruñí. Si había algo que odiaba era que me dijeran como hacer mi trabajo.

- Bien – Jasper alzó las manos en señal de rendición -, yo solo decía.

- Tú tranquilo… déjame a Edward a mí.

Pese a que no podía entender la manía de Jasper por Edward decidí dejar eso de lado, ahora tenía trabajo que hacer y si antes no me había puesto a indagar en los motivos de la gente que me contrataba no tenía intenciones de comenzar ahora.

Los vitoreos aún no terminaban pero mi vista solo estaba fija en el perfecto de Cullen, se había sacado ese armazón que parecía una armadura y ahora solo estaba con sus ropas apegadas al cuerpo que marcaban perfectamente sus músculos. Bien, mi plan era el siguiente, me metería a los camerinos de hombres, esperaría a que Edward estuviera solo como dicen que acostumbra a hacerlo y cuando estuviera desnudo y mojado me iba a meter con él en la ducha para tener un poco de sexo caliente y de paso comprobar que las sospechas de Jasper eran una mierda.

Poco a poco el público comenzó a despejar la cancha, ya casi quedaba yo sola pero aun así no me moví. Esperé hasta que vi salir al primer jugador bañado y limpio, ahí supe que era mi momento para entrar, de mi bolso café saqué la mini cámara que me tuve que comprar cuando la otra me quedó grande y la metí en mi bolsillo delantero del jeans, era el momento.

Sigilosamente caminé por el extenso pasillo que me llevaba hacia el camerino de hombres. Desde un rincón vi como uno a uno los jugadores salían, el único que faltaba era Edward. Después de que el último salió conté hasta cinco y entré tratando de hacer el menor ruido posible.

¡Y Mierda!

Edward estaba de espaldas mostrándome su trabajado cuerpo y su durito trasero.

¿Dónde mierda tuve la cabeza todos estos años como para no fijarme en él?

Sí, sé que es mucho de lo que no me gusta, pero una noche de sexo desenfrenado no quería decir que teníamos que hacernos novios.

Imágenes para nada decentes comenzaron a pasarse por mi cabeza, no era una chica promiscua pero si me gustaba el sexo, lamentablemente lo había hecho solo dos veces así que solo me quedaba conformarme con mi vibrador y mis muy reales fantasías. En cambio ahora… ahora solo quería que Edward me tomara con fuerza y me follara sin parar hasta que perdiera la conciencia. Ya más tarde podríamos dejar todo en el pasado… lo que sí, sé que si follabamos, esas imágenes me iban a acompañar por siempre en mis noches de soledad.

Aun sin poder moverme vi como Cullen caminaba hacia la ducha, dio el agua, comprobó su temperatura y se volteó. Sé que él no me estaba viendo pero yo podía ver su cuerpo en plenitud. Sus brazos fuertes, su pecho marcadito y esa maldita V que era capaz de volver loca a cualquier mujer, sus piernas eran fuertes y bien formas y su….

Mierda… su polla… no podía creer lo que estaba viendo.

Jadeé demasiado fuerte avisándolo de que estaba ahí pero ya no me importaba, lo que estaba contemplando bien que merecía la pena de ser descubierta.

Vi como sus ojos ardientes se posaron en mí y luego en su cuerpo, parece ser que él tampoco podía creer que lo estuviera viendo. Lentamente y con un andar felino comenzó a moverse hacía mi sin darme la posibilidad de reaccionar. Mi vista aún no podía despegarse de su entrepierna.

Jasper estaba equivocado, Edward no era gay, era…

¡Mierda!

Pestañeé y volví a fijarme en su polla.

Su polla…

7 comentarios:

  1. Hola joha que bueno que publiques nueva historia, se ve muy interesante, me pregunto que habrá visto Bella de verdad jejeje, y no creo que Ed sea gay, y novio de Rose, bueno vamos a ver que pasa en el próximo, gracias reina por alegrarnos un poquito la vida y por seguir escribiendo para nosotras besos.....

    ResponderEliminar
  2. que bien nena que la estes publicando aqui en tu blog,me encantaaaaaaa...Gracias cariño...

    ResponderEliminar
  3. jajaja me dejó picada, quiero saber a lo que se refería =D

    ResponderEliminar
  4. me ha encantado el primer capi, asi que sigue...

    ResponderEliminar
  5. Por favor, no me digas que es pequeño, si es estoy más que decepcionado a pesar de que disfruto de sus historias.Lo siento por los errores, pero no soy bueno para organizar las palabras en español. Mi idioma materno es el portugués.

    ResponderEliminar
  6. Holaa Joha!! lo publicas tambien aquii yo lo estoy leyendoo en fanfiction y me encantaa es una historia muy original!!!!
    que tengass un lindo fin de semana!! bessoooss enormes!!

    ResponderEliminar
  7. hermafrodito? jajajaja

    ResponderEliminar

Image and video hosting by TinyPic