martes, 20 de noviembre de 2012

Lounder - Capítulo 13

Capítulo completo

Summary: Una fría noche en Forks lleva a la despreocupada e inmadura Bella Swan directo a un destino que no eligió, una búsqueda que no quiere realizar y a un chico mucho peor que ella. Solo juntos podrán luchar contra los Lounders. ADVERTENCIA, contiene material para mayores de edad.

Capítulo 13

Ya había pasado una maldita semana desde que Edward comenzó con su nuevo “cargo”, puto asenso, ya sabía yo que nada podía ir tan perfecto en nuestra vida. Sí, él ahora tenía un mejor puesto de trabajo y estaba ganando un sueldo decente, pero ya casi ni nos veíamos y parecía ser que en vez de trabajar para Percy Co., estaba a las órdenes de la pequeña perra amante del puto señor Davis.

¿Se puede sentir mi ira?

Sí, supongo que cualquiera que estuviera a mi alrededor por estos días podía sentir la rabia que estaba acumulando, bueno, eso me había llevado a tomar la estúpida decisión de salir sola en búsqueda de algún Lounder, pero ni siquiera eso estaba de mi parte, estas calles siempre tan peligrosas hoy parecían más tranquilas que nunca.


Detuve mi recorrido y me apoyé sobre una grasienta pared, esto no estaba bien, no me estaba concentrando, estaba bloqueando mis instintos y si estaba aquí era para hacer las cosas bien, para ayudar a alguien que necesitara de mí. Cerré los ojos y me concentré, escuché los pasos de las personas a mi alrededor, el deseo de sexo de unos cuantos y las ansias de dinero de otros pocos, todo parecía ser mediamente normal hasta que un sentimiento me dio de golpe haciéndome abrir los ojos.

Era una chica, no sé de cuantos años ni nada, pero si sé que sentía miedo porque alguien le estaba haciendo algo que ella no quería, pero por más que quisiera irse eso tampoco parecía ser una opción para ella.

Corrí lo más rápido que pude, algo me decía que esa chica estaba en serios problemas. Doblé el segundo callejón a la derecha y me encontré con una pequeña puerta, todo se veía roñoso y viejo, el sentimiento de miedo se intensificó, ya no era solo una chica, ahora sentía una bruma de miedo, era más de una la que estaba en la misma situación, así que no pensé, derribé la puerta con una patada, habían un par de hombres sentados en una mesa y una tímida y demasiado joven, chica, sirviéndoles algo de alcohol mientras un tipo ponía su mano en su trasero.

La vista de todos los hombres fueron hacía mi, sus ojos hambrientos me hicieron darme cuenta de que ese sentimiento que me trabajo hasta acá tenía un porque bastante justificado.

- Miren lo que tenemos aquí – uno de los hombres se puso de pie, inmediatamente me di cuenta de que estaba borracho.

Me concentré, era un Lounder, pero no solo él, los otros tres hombres de la mesa también lo eran y yo estaba sola ante ellos. Volví a mirar a la chica y pude ver con mayor claridad lo joven que era, no debía pasar de los catorce años lo que hacía esto mucho más asqueroso.

“Es una red de prostitución infantil”. Murmuré solo para mi, traté de que eso me diera ánimos porque ahora debía matar a unos cuantos Lounders yo sola.

- Vete – el hombre despachó a la chica, ella me miró suplicante antes de darse media vuelta.

Ella tenía miedo pero no era el miedo que me había traído hasta aquí.

- ¿Hay más chicas adentro? – no le pregunté nadie en especifico, estaba tratando de no parecer una cobarde, no podía hacerlo.

- ¿Por qué? ¿Quieres una para ti?... mira que también damos esos servicios.

Cerré los ojos por medio segundo, cuando los volví a abrir ya estaba lista para acabar con ellos, avancé un paso y el mismo hombre que me habló sonrió, los otros no nos prestaban atención. Solo andaba con un cuchillo, podría desgarrar sus gargantas pero en lo que acaba con uno los otros me saltarían encima, así que no era una opción hacerlo frente a todos.

- Me preguntaba si – tragué un poco el vomito que me produjo sonar tan melosa ante esa asquerosidad de hombre -, ¿podría mostrarme a algunas de las chicas?, tengo gustos bastante extravagantes.

- Cualquiera sean esos gustos… ellas sabrán complacerte, y si quieres – ahora ya estaba a mi lado -, yo también.

Solo le dediqué una mueca y dejé que me guiara por uno de los pasillos, no avanzamos mucho, la casona era roñosa y se notaba incluso el moho en las paredes. Cuando abrió la puerta me apresuré a mirar adentro, en medio de un catre, se encontraba una chica, se veía tan joven que no pude evitar que mis ojos se aguaran, ella me miró con miedo pero su mirada pasó al pánico al ver al hombre.

- Esta chica sabrá atenderá… aunque, por cierto, ¿Cómo dio con nosotros?

Me estiré lo suficiente, había dejado mi cuchillo en la manga de mi chaqueta, así que solo necesité tomarlo del cuello para inmovilizarlo y cortarle la garganta, todo fue tan rápido que el maldito Lounder ni siquiera pudo chillar.

Dejé que su cuerpo inerte callera al suelo antes de que la chica se diera cuenta de lo que acaba de pasar, vi sus intenciones de gritar así que corrí súper rápido a su lado y le tapé la boca.

- Tranquila, tranquila… solo quiero ayudarlas, te juro que no te haré nada – los ojos de la niña seguían viéndome con miedo pero aún así asintió -. ¿Prometes que no gritarás si te suelto?

Como asintió de nuevo, la solté – No me haga daño… por favor.

- ¿Cuántos años tienes?

- Trece.

- Escúchame – la tomé por los hombros -, quiero que te quedes aquí por diez minutos, cuéntalos… cuando pasen quiero que salgas, que reúnas a todas las chicas y que se vayan… y que pase lo que pase no miren hacia atrás. Hay un centro de mujeres en la decima avenida, a dos cuadras de aquí, corran y díganle a la encargada lo que pasaba aquí.

- No… no puedo hacer eso.

Fruncí el ceño tratando de entenderla - ¿Por qué?

- Mis padres… ellos me trajeron aquí, dijeron que debía trabajar…

Cerré los ojos conteniendo nuevamente las ganas de vomitar - ¿Te gusta esta vida?

- No… pero… - sus ojos se anegaron con lágrimas -, no sé que más hacer.

- Ve al centro que te dije, ellos sabrán ayudarte, prometo que no te dejaran sola.

Hace dos días que había averiguado sobre ese centro, algo me decía que era bueno tener una opción si es que me encontraba como una situación como esta, supongo que mi instinto estaba mucho más alerta de lo que pensaba. Cuando fui y averigüé me di cuenta de que era un centro grande, que contaba con muchos recursos y que se especializaban en el maltrato femenino, de cualquier tipo.

- Pero…

- Por favor… hazme caso – supliqué -, esta no es vida para ustedes.

Por fin ella asintió – Bien, diez minutos.

- Diez minutos – confirmé.

Quise darle un abrazo pero no quería asustarla así que solo le dediqué una sonrisa. Me di media vuelta, no tenía tiempo que perder.

Para cuando llegué de vuelta a la entrada mi adrenalina había aumentado considerablemente, ni siquiera sé por cual empecé, solo sé que apenas llegué ya le había cortado la garganta a otro y el último estaba mirándome con furia.

- Eres una cazadora.

Le sonreí – Y tú eres el último Lounder que me queda por matar acá.

- Puedes matar a los que quieras – sonrió con sorna -, pero este mundo está tan malditamente jodido que siempre habrán más… el ritmo al que aparecen Lounders es mucho más rápido del que los cazadores nos matan.

Cambie el cuchillo de una mano a otra – Entonces supongo que tendré que trabajar turno doble.

- Estas sola… ¿y tu compañero?

- Eso no te importa – di un paso hacía él pero no se movió -, así que ahora ríndete o dame un poco de buena pelea.

- Creo que me gusta la idea de una buena pelea.

El Lounder tiró sobre mí la mesa sobre la cual estaban sentados hace unos momentos cortándome la visión, por eso no lo vi venir por mi lado derecho. Su puño chocó contra mi rostro antes de que me diera cuenta, pero estaba con tanta adrenalina en el cuerpo que pude esquivar su segundo golpe y agarrarlo del cuello inmovilizándolo.

- No sabes lo que me agrada matar a un Lounder como tu… asqueroso pedófilo.

Corté su cuello con entusiasmo. No sentí otra presencia así que suponía que estos eran todos, por lo menos aquí, porque aunque sea horrible, sé que estos no son los únicos Lounders que prostituyen niñas.

Tal parecía ser que los diez minutos habían pasado, porque todas las chicas, deben haber sido casi unas quince, llegaron a donde estaba yo, todas asustadas y abrazadas entre sí. Les repetí la dirección y casi les imploré que fueran hacía allá, sabía que el Gobierno se encargaría de limpiar esto, por lo que dejé que las chicas se fueran antes de abandonar el lugar, estos cabrones solo llegaban después de que nos fuéramos, así que era mejor terminar esto cuanto antes.

Seguí a las chicas a una distancia prudente, comprobé que todas entraron al centro, lamentablemente no podía estar segura de que alguna chica un poco mayor no volviera a caer en la prostitución por propia voluntad pero si podía estar segura de que en ese lugar sabrían cuidarlas y aconsejarlas.

Seguí de largo por el centro, aún me quedaban varias cuadras más para llegar a mi departamento, traté de no pensar mientras caminaba. Había hecho una buena acción, si quería verse de esa forma, pero aún así sentía rabia, lo hice sola porque Edward estaba ocupado haciéndole de niñero a una pequeña perra, eso era algo que no me terminaba de dejar tranquila.

Para cuando abrí la puerta del departamento inmediatamente lo noté, Emm estaba solo.

- ¿Todavía no llega?

Tiré mi bolso y mi chaqueta a un lado en el sofá sin preocuparme por donde caían, no estaba de ánimo para ser ordenada.

- Lo siento, pero… - creo que mi rostro era lo suficientemente malhumorado como para que Emmett no se desgatara defendiendo lo indefendible -. Bella, Edward solo está trabajando.

- Sí, claro – me tiré a un lado de mis cosa y me crucé de brazos -, trabajando se le dice ahora a cumplir los putos deseos de esa maldita perra… ¡Dios!

- Vamos Bella… sabes que no es así.

Emmett se sentó a mi lado y me abrazó – Odio que Edward tenga que estar siempre con ella… no sé como el tal señor Davis deja a su pequeña zorra con alguien como Edward – arrugué la frente al volver a pensar en esto.

- La verdad es que yo tampoco lo entiendo.

Me reacomodé frente a mi amigo - ¿Son idea mías, Emmett?... Confío en Edward, pero ella…

Ahora prefería escuchar lo loca y paranoica que estaba siendo porque la mueca de Emm dolía… yo no era la única que veía como este nuevo cargo de Edward se estaba interponiendo entre nosotros.

- Van a ser las once… ¿Dónde estabas tú, cariño?

- Por ahí… - no estaba segura de querer decirle a Emmett que había estado matando Lounders porque sabía que se iba a preocupar.

- Pareces cansada.

- Y lo estoy.

Sus brazos me rodearon con un poco más de fuerza, me acurruqué en ellos hasta que sentí la puerta abrirse.

- Parece que ya llegó tu chico – murmuró en mi oído Emm -, iré a mi cuarto, así pueden hablar.

Emmett se puso de pie pero no lo quise mirar porque eso significaría ver a Edward.

- Hola hermano… eh, yo estoy algo cansado así que quiero aprovechar que es mi noche libre… buenas noches.

Habló rápido sin darle la oportunidad a nadie para que replicara, aún no quería mirar a Edward pero no me quedó de otra cuando se sentó a mi lado. Suspiró cansado, sabía que lo estaba pero de todas formas se me hacía difícil sentir compasión por él.

- Ha sido un día de mierda… Jane quiso que la llevara de librería en librería, andaba buscando un libro de no sé qué y parece que ninguna puta librería de Nueva York lo tiene. Ya después de la tercera parada me dieron ganas de...

Me puse de pie interrumpiéndolo – Aunque me gustaría seguir escuchando de Jane tengo hambre y cosas más interesantes que hacer.

Pasé por su lado directo a la cocina, Emmett nos había dejado algo de comida en el horno, estaba caliente, por lo que solo saqué dos platos y los serví. Cuando estaba dejando la porción de Edward en la mesa, él entró en la cocina, solo ahí me atreví a mirarlo.

- Emmett nos dejó comida.

- ¿Tu recién llegas?

- Sí – me serví mi plato y me senté enseguida. Vi que él aún seguía de pie -, siéntate… se te va a enfriar.

- Oh… yo ya comí… Jane…

- ¡Genial! – me estiré tomando el plato de Edward y tirándolo con un poco de fuerza excesiva al basurero, ni siquiera me importó que nos quedáramos con un plato menos -, comeré sola entonces.

Apoyé uno de mis codos en la mesa para apoyar mi cabeza en mi mano, procuré que a la vez me sirviera como pantalla y me bloqueara la vista de Edward, seguía de pie a mi lado. Comí demasiado rápido, más bien tragué, porque ni siquiera le sentí sabor a la comida, en dos minutos ya había vaciado mi plato y estaba de pie en el lavaplatos enjuagándolo.

- ¿Bella?

Dejé el plato a secarse y salí de la cocina sin mirar a Edward, él me siguió pero yo no me volteé.

- ¡EY!, ya basta… ¿Qué es lo que te pasa?

- ¡Suéltame! – lo empujé lejos de mi usando un poco más de fuerza -. No me toques – hablé con los dientes apretados, creo que soné mucho más dura de lo que pensaba.

- ¿Qué…?

- No quiero hablar contigo Edward.

Avancé hacía la sala pero todo era tan pequeño que me sentí ahogada.

- Amor, no entiendo que…

- ¡Nunca entiendes nada! – grité dándome vuelta hacía él -, ¡ANDATE CON JANE ENTONCES! – apunté hacía la puerta esperando que se moviera. No lo hizo.

- ¿Por ella estas así? – su seño fruncido se relajo -, pero amor… estas siendo ridícula, ella solo es parte de mi trabajo.

- No, no lo es – no quería pero mis ojos estaban llenándose de lágrimas que amenazaban con salir a borbotones -. Estas todo el día con ella y cuando llegas lo único que haces es seguir hablando de ella… me estas aburriendo.

- Es mi trabajo.

Su rostro relajado ahora se había endurecido, como si tuviera porque enojarse - ¡NO!, tu trabajo está en Percy Co., incluso con el señor Davis, pero no con su maldita zorra.

Ahora yo estaba gesticulando y comportándome exactamente como odiaba. Como una novia celosa y neurótica.

- No – negué solo para mí -, yo no hago esto Edward… yo no me preocupo por nada – me encogí de hombros -, yo ni siquiera sabía lo que quería de la vida… yo… amaba no saber cuál iba a ser mi siguiente paso… yo… necesito salir de aquí.

- Bella, estas siendo irracional – quiso detenerme cuando pasé por su lado pero no lo dejé -. Sentémonos y hablar, entiendo que te enojes por Jane, pero solo será por un tiempo más, me dijo que iba a terminar su relación con el señor Davis, está aburrida de esa vida y si lo hace mi trabajo con ella terminara también.

Me di media vuelta para mirarlo - ¿Va a dejarlo? – él asintió -, ¿Y por qué?

- No lo sé – se pasó la mano por el cabello, no me gustó ese gesto -, dice que está aburrida, que se dio cuenta que está atrapada con un hombre mayor, que necesita a alguien más como…

- Como tú – concluí por él.

Su mirada culpable me dio la respuesta que estaba buscando.

- Bien – asentí controlando las ganas de llorar -, tienes razón, estoy siendo irracional y yo no lo soy.

- Ey – me tomó por los brazos antes de que pudiera moverme -, los dos hemos cambiados… tú no eres la única y yo pensaba que lo habíamos hecho para mejor.

- Sí, pero – miré hacía mi lado buscando una especie de salida pero no pude controlar mi rostro porque Edward me lo tomó con sus manos y me obligó a mirarlo nuevamente.

- ¿Qué te pasó en la mejilla?

- ¿Qué?, ¡nada! – llevé mi mano hacía el lugar donde Edward estaba mirando y recién ahí noté un cierto ardor, me dolió pero solo cuando me toqué -. No lo sé… debo de haberme golpeado.

- Llegaste tarde – sus ojos ahora ardían -, ¿de dónde venias?

- ¡Eso no te importa! – me solté de él y tomé mi chaqueta y mi cartera que había dejado sobre el sofá -, es problema mío.

- Fuiste de caza – apuntó a mi chaqueta justo en donde tenía una mancha de sangre.

Lo ignoré y me la puse de todas formas.

- No es asunto tuyo.

- ¡TE PODRIAN HABER MATADO! – cualquier parsimonia que haya mantenido se esfumó por completo -, ¿Por qué no me esperaste?, ¡Sabes que no tienes que salir sola de caza!

- Edward, hoy no sé nada.

Pasé por su lado sin tocarlo. Él no me detuvo cuando salí del departamento, ni cuando bajé las escaleras, ni siquiera cuando salí a las calles.

Estuve vagando por un buen tiempo por las calles de Nueva York hasta que un luminoso letrero me llamó la atención. Era un bar.

Entre como si mi cuerpo no me perteneciera, me senté en la barra e ignoré todo a mi alrededor, no era para nada un buen sector pero no tenía miedo, de hecho, si parecía algún Lounder no tardaría en encargarme de él.

- ¿Qué desea esta hermosa mujer para tomar?

- Algo fuerte – antes era una chica normal pero ahora mi cabello rubio y mis ojos verdes me daban otro aspecto que llamaba mucho más la atención -, algo que me haga olvidar.

- Creo que tengo algo perfecto para ti.

El chico era joven y guapo, me guiñó un ojo y no dejó de verme mientras preparaba mi trago, lo hacía tan rápido que rápidamente perdí la cuenta de lo que estaba haciendo, así que solo pude ver cuando ponía la copa frente a mí.

- Este es un invento mío… se llama adrenalina y si lo que quieres es olvidar es perfecto.

- Bien – usando ese aguante que me había dado esa maldita noche en Forks. Me tomé todo el contenido sin siquiera chistar.

Dejé la copa sobre la barra con un fuerte sonido, el chico me miró asombrado y sonriendo – Ya veo que no eres una dulce chica en apuros.

- Puedo ser dulce.

No se me daba el coqueteo pero creo que no lo hice tan mal, ya que el chico volvió a servirme un trago.

Un segundo estaba mirándolo mientras mezclaba alcohol en su coctelera y al siguiente sentía como alguien me tomaba entre sus brazos, quise moverme pero no pude, ni mi cuerpo, ni mis ojos reaccionaban. Sabía que debía luchar pero el peso de mis parpados me obligó a rendirme.






13 comentarios:

  1. Holaaaaaaaaaaaa
    :OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
    Jane cul... eso. Gosh, que es pesá :c ¡Ya quiero leer el capítulo completo!

    ¡Saluuudos!

    ResponderEliminar
  2. ohhh no no noo!! malditaaaaaa jane perra zorra ...!! ya la odioo!!!
    no justo que empiezan a salir ya se van apelear por favor Joha nooo ahora que se encontraron y estuvieron juntos e hicieron el amor ya tiene que venir alguien a molestar!!!! bueno que ganas de leer el capitulo completoo!!! me gusto el adelantoo! pero por favor que edward y bella no se peleen jeee...que bella le de una paatada a la zorra esaaaa!!!
    besos Joha gracias por el adelanto!!

    ResponderEliminar
  3. ahhhhhhhhhhhhhh desgraciadaaaa ya se esta metiendo en su relación ojala q Bella la arrastre del pelo :) haha

    ResponderEliminar
  4. :O LA zorra de Jane...Porque no se queda con su jodido anciano y deja a mi Ed en paz!!!!! :@

    ResponderEliminar
  5. jooo, ya sabía yo que la zorra de jane iba a traer problemasss

    ResponderEliminar
  6. POR FISSSSSSS SUBE EL CAPITULO COMPLETO, ESTA HISTORIA ME GUSTA MUCHO.
    gRACIAS, PILI.

    ResponderEliminar
  7. nooo que paso!!! Edward por favor reacciona jane te va a terminar separando de bella!! y bella que no le pase nada, edward llega y rescatala... jpha no los separes menos por la caprichosa de jane

    ResponderEliminar
  8. ya comenté en fanfiction, aquí sólo decir que me alegra que hayas publicado nuevo capi por fin y que a bella no le pase nada grave, y sí le pasa que edward la salve y así espabile de una buena vez porque la va a perder

    ResponderEliminar
  9. Que buen capitulo te habias tardado con este fic... ojala Edward la ayude y deje esos celos que no hacen nada de bien...

    ResponderEliminar
  10. estoy segura que es Edward quien la agarró en el bar, y si no es así ojalá y llegue a rescatarla aunque creo que con lo furiosa que anda el pobre que la agarró es quien va a necesitar ayuda

    ResponderEliminar
  11. Holaa Joha pero tu en definitiva me quieres volver loca por favor que en está historia edward y bella no se peleen yaa que sea edward el que la haya buscado por favor que no haya sido otra persona la que lo agarró le habrán metido algo en la bebida ahhhhh que edward llegue a ayudarlaa por dios o que bella se despierte... me voy a volver locaa hasta leerlo el que le siguee...!!! No quiero que edward y bella se peleen por la locaa maldita de jane...!!! Nos leemos en el que sigue...!besos!

    ResponderEliminar
  12. ahhhhhhhhhhhhhhhhhh q no le pasee nadaaa! gracias por el cap

    ResponderEliminar

Image and video hosting by TinyPic